Vuelve a ser el motor que trae de cabeza a la Fórmula 1. La velocidad mostrada en Sakhir fue capaz de dejar de lado el cuestionado inicio de la Scuderia Ferrari en Australia para pasar a situarles como grandes candidatos a la victoria de los Grandes Premios de China y Azerbaiyán. El SF90 mostraba músculo en las largas rectas del trazado bahreiní y muchos comenzaban a ver ciertos fantasmas acerca de esta mejora evidente en términos de rendimiento de la unidad de potencia de los italianos.
Desde el paddock pronto comenzaron a cifrar estas diferencias en unos 50 CV respecto al siguiente tren motriz de la parrilla, sin embargo, en lo que todavía no se han puesto de acuerdo es sobre la procedencia de esta ventaja técnica. Adrian Newey apuntaba a Auto Motor und Sport que estas cuatro décimas que sacaba de ventaja en el Gran Premio de Bahréin en las rectas se debían a las prestaciones del MGU-K de Ferrari, el cual se encarga de transformar la energía cinética en ‘zumo de electrones’ para el motor eléctrico.
El año pasado nos ganaron en la fase de aceleración. A máxima velocidad estábamos igualados. Ahora son más rápidos en las rectas de principio a fin. Nuestra velocidad en la recta no da para más en un punto determinado porque el MGU-K ya no entrega potencia. El MGU-K de Ferrari siempre está encendido, no se termina – Adrian Newey
En cambio, Christian Horner ha decidido apuntar hacia otro lado, asegurando que el combustible que los de Maranello tienen en el garaje «huele a zumo de pomelo«, apuntando a que esa mejora técnica puede deberse a alguna fórmula nueva que habría encontrado el suministrador y socio técnico de Ferrari, Shell. Sea como fuere, por el momento la gasolina empleada por los monoplazas rojos han pasado todas las verificaciones técnicas y nos deja una vez más de cómo un equipo defenestrado después de la primera carrera puede infundir miedo a sus rivales tras solo dos semanas.