Mediados de agosto y la FIA se desmarca con un importante anuncio. Al igual que en otros deportes, ha sido el propio presidente de la Federación el encargado de oficializar las nuevas decisiones adoptadas por la FIA, con Mohammed Ben Sulayem confirmando que a partir de ahora los organismos deportivos abordarán con una dureza mayor las críticas que se viertan sobre los comisarios de las competiciones que están bajo su paraguas.
En relación con el acoso en línea y especialmente con la deriva que han tomado los constantes ataques públicos que se han realizado a través de redes sociales, la FIA ha tomado la decisión de solicitar cambios en el Código Internacional Deportivo para que los comisarios de cada una de sus competiciones actúen de forma más decisiva antes las críticas que puedan estar dirigidas hacia ellos por parte de los protagonistas precisamente de la competición, incluidos pilotos y jefes de equipo. Según el propio Ben Sulayem, la reacción de estos actores (sus mensajes por radio, declaraciones, etc.) tiene influencia en el comportamiento tóxico que se pueda producir en Internet.
Comunicado de Mohammed Ben Sulayem – Presidente de la FIA
«En la última reunión del Consejo Mundial del Deporte del Motor, los miembros aprobaron un cambio en la definición de mala conducta dentro del ISC (Código Deportivo Internacional) después de incidentes en los que miembros de alto perfil de nuestro deporte hicieron declaraciones hacia los oficiales que incitaron al abuso»
«Este cambio garantizará un mayor apoyo a los comisarios y voluntarios de la FIA que dedican su tiempo a mejorar nuestro deporte, manteniéndolo seguro y justo»
«Nuestros comisarios deben estar preparados para mostrar fortaleza al combatir esta forma de abuso, y cuentan con todo mi apoyo y el apoyo del Código Deportivo Internacional al tomar sus decisiones. Les insto a que demuestren que la FIA no permitirá ningún tipo de abuso dentro de nuestro deporte».
Curiosamente, esta medida viene después de otra de las actuaciones con durezas realizadas en el marco de las competiciones FIA, concretamente en el Campeonato del Mundo de Resistencia, donde pilotos y miembros de equipos no tienen permitido criticar los ajustes que se realicen en el Balance of Performance. Una ley del silencio que se impone bajo la amenaza de sanciones deportivas que por tanto perjudiquen los resultados de la estructura en cuestión en pista.