Aunque ha amenazado con abandonar el campeonato, inclusive dejó de aportar recursos y retiró el Safety Car, Ford no puede negar que su nuevo Mustang GTD está basado en la versión que compite en el Supercars. Y es que para acudir a las 24 Horas de Le Mans, el fabricante norteamericano debe tener una versión disponible a nivel comercial del coche que lo representará en la clase LMGT3 y justamente fue a través del Supercars que se pudo concebir la versión GTD, la más extrema de la séptima generación del coche cuyas siglas aluden a la clase GT3 del Campeonato IMSA Weathertech Sportscar.
Según se explicó, Ford y Multimatic trabajaron para concebir un Mustang comercial que tenga la mayor cantidad posible de tecnología de carreras y si bien el pony car también tiene una versión compitiendo en la NASCAR, la silueta, características y especificaciones se inclinan más hacia el GT S650 que hace vida en Australia y que hasta el año pasado resultó muy competitivo. Aunque la versión Gen3 del pony car no ha estado a la altura de las expectativas, el GTD exhibe un paquete aerodinámico muy similar con la diferencia en las aberturas de ventilación en los guardabarros delanteros y el anclaje del alerón trasero.
No es un secreto que la gran apuesta de Ford en lo que respecta al deporte motor se sustentará en la versión GT3 del Mustang, así que una vez que se utilizó la mayor información de las carreras para fabricar la versión definitiva, pueden permitirse cuestionar abiertamente a los organizadores del Supercars, por las reglas técnicas que han instaurado, e inclusive poner un pie fuera del campeonato ya que por otra parte están asegurando su presencia en categorías con mayor visibilidad tales como el WEC, donde el programa GT3 estará a cargo de Proton Competition. Así que tanto del WEC como de la IMSA podrán extraer la información que necesiten para continuar con el desarrollo de su propuesta GT3.
Para Jim Farley, presidente global de Ford, no existe un coche comercial que, con un valor de casi 500 mil dólares, sea superior al GTD, de allí que se atreva a desafiar a otros fabricantes a competir en una pista. La confianza es grande, tomando en cuenta que el GTD instala un motor Predator V8 de 5.2 litros capaz de entregar unos 800 caballos de potencia y además cuenta con un transeje de doble embrague de ocho velocidades y un eje de transmisión de fibra de carbono.
En palabras de Jim Farley:
El Mustang GTD rompe todas las nociones preconcebidas de un superdeportivo. Este es un nuevo enfoque para nosotros. No diseñamos un coche de carretera para la pista, creamos un auto de carrera para la carretera. El GTD utiliza toda la tecnología del Mustang aplicada en las carreras, la envuelve en una carrocería de fibra de carbono y sale a las calles.
Vía Speedcafe