A Ford Australia le preocupa el futuro inmediato del Supercars debido a que la desaparición de Holden el año que viene dejará a la introducción de la normativa Gen3 con apenas dos fabricantes implicados en el campeonato: Chevrolet y Ford. Uno de los inconvenientes, desde el ámbito comercial, es que Ford presentó recientemente su nueva generación del Mustang para el Supercars, con la certeza de que el coche que compita en el campeonato será muy similar al que se venderá en las agencias, caso muy distinto al del Camaro, cuya versión para el Supercars no se aproxima a la convencional. Esta distorsión, más la ausencia de otros fabricantes deja a Ford en una posición muy incómoda porque no podrá demostrar su valía ante otros rivales.
Trevor Worthington, vicepresidente de programas de motores de Ford Australia, declaró que el Supercars necesita volver a ser atractivo para los fabricantes y el público, anteriormente era una de las series de turismos más espectaculares del mundo, pero ahora no luce tan grande y seguir aferrados a los motores V8 de alto cubicaje no ha generado interés en un mercado inclinado hacia los sistemas híbridos y eléctricos. La presencia de Ford en el campeonato se ha mantenido durante décadas por tener una filial en Australia donde se han fabricado modelos muy populares en el continente oceánico tales como el Cortina y el Falcon. El hecho de que Holden desaparezca también afecta a Ford porque pierde a su rival histórico, de allí que una conforntación directa con Chevrolet no luzca tan atractiva en gran medida porque en Australia y Nueva Zelanda no tiene el mismo significado que en Estados Unidos.
Worthington sugiere a los directivos del campeonato que busquen la manera de convencer a Nissan y a Toyota para que se integren al Supercars, aunque se entiende que las filosofías de tales empresan apuntan hacia otra dirección que definitivamente no es el uso de motores V8 convencionales. Los japoneses apuestan hacia la electrificación en un futuro y actualmente se sustentan sobre los motores turbo de seis cilindros en la parte comercial. Por supuesto que nadie quiere un Supercars híbrido por lo complejo y costoso, tampoco Ford y Chevrolet tomarán el camino del turbo para fabricar versiones del Camaro y del Mustang.
Según su opinión, debería establecerse una especie de Balance of Performance para atraer otros fabricantes, de otra forma no habrá interés. Recientemente, desde Nissan Australia manifestaron que el modelo Z no estará en el Supercars y en lo que respecta a Toyota, aunque apoyan al Supercars a través de la Toyota Gazoo Racing Australia 86 Series, el 86 no es un coche para tener representación en el Supercars debido a su motor, cuatro cilindros plano de procedencia Subaru, en todo caso se sugiere que el fabricante japonés se presente con el GR Supra puesto que el Camry que compite en la NASCAR es un modelo inexistente en el mercado.
En palabras de Trevor Worthington:
Queremos probarnos a nosotros mismos contra los mejores, eso es lo que hacemos, ese es el objetivo, así que animo absolutamente a la competencia porque tendrás más rivales, hará que el deporte sea más grande. El hecho de que solo haya un competidor [Camaro] y no sea un coche real, convencional, no es una razón para no estar aquí. Acá hay que asegurarse un equilibrio en el rendimiento o unas reglas para hacer lo mejor que se pueda. Se entiende que es muy problemático cuando no tienes la misma arquitectura de motor, no querrás estar discutiendo siempre antes y después de las carreras.
Vía | Speedcafe