Sin duda, uno de los puntos de mayor interés del fin de semana está en el segundo Williams, que hasta el Gran Premio de los Países Bajos tenía a Logan Sargenat en el asiento que desde la cita de Monza hasta final de temporada ocupará el argentino Franco Colapinto. En su debut en la categoría reina del automovilismo, el pilarense clasificó décimo octavo en la parrilla de salida, por delante de los dos Sauber. Cumplió con lo que se le pedía, aunque quedó el regusto ligeramente amargo de un error cuando buscaba superar la Q1. Para mañana, optimismo y muchas ganas de aprender en la primera de las nueve carreras en las que va a tomar parte este año.
Al final, así es como hay que valorar este fin de semana; independientemente del resultado, llegar a la Fórmula 1 es un hito, aunque Colapinto es incapaz de dejar de lado la vena competitiva que le permitió ser el primer argentino en la categoría desde Gaston Mazzacane en 2001: «Bien, bien, es un momento muy lindo en la carrera deportiva de un piloto. Estoy contento de haber hecho mi primera clasificación. Es una lástima no haberla podido cerrar bien, porque sentía que teníamos muy buen potencial. En la FP3, hice una buena sesión, logré un buen resultado y teníamos un buen coche, habíamos solucionado los problemas que teníamos.»
Una lectura justa, seguramente, lamentándose por ese error en la segunda curva Lesmo, en la que llegó con algo más de subviraje del deseado, lo que al final le llevó a tocar la gravilla en la escapatoria en el que era su último intento de vuelta rápida. Venía de ser noveno en los libres 3, y sabía que con las diferencias tan ajustadas, existía una posibilidad muy real de evitar la primera eliminación y colarse en la Q2. Le faltó apenas una décima y media. «Una pena, obviamente, no haber podido cerrar bien la ‘quali’. El auto estaba en una buena ventana pero bueno, fue un pequeño exceso mío, estaba buscando el límite un poco más, yendo a por la vuelta para pasar a Q2, pero es parte del proceso. A pesar del resultado es un día muy lindo y positivo.»
De cara a la jornada de mañana, las expectativas son, ante todo, de seguir aprendiendo. El resultado queda siempre en segundo plano ante un fin de semana en el que lo primordial es evitar errores costosos. Pero si el monoplaza es competitivo y el piloto está cómodo, no hay que descartar una carrera en remontada: «Sí, soy optimista aunque también realista. No he dado más de 8 vueltas seguidas hasta ahora, así que tengo mucho que aprender en cuanto a las gomas, es algo en lo que no tengo experiencia. Pero tengo confianza en que puedo obtener un buen resultado, así que ojalá así.»
El principal obstáculo, tanto para Colapinto como para sus rivales, estará en los neumáticos, que se enfrentan a las altas temperaturas y a un asfalto nuevo en el que aún no se ha disputado un Gran Premio y en el que por lo tanto la información disponible es relativamente limitada. «La gestión de la degradación de gomas va a ser lo más importante mañana: mantener los neumáticos en una buena ventana de uso, sobre todo con el calor que va a hacer. Pero bueno, ojalá pueda tener una buena experiencia y una buena carrera mañana». Para los aficionados, una cita con la historia. Para el piloto del número 43, un nuevo desafío. Y que sean muchos más.