La historia del Mundial de Rallyes nos deja muchísimas anécdotas a lo largo de los años, algunas se han ido contando en boca de los propios protagonistas, otras pueden que queden para siempre en el olvido. Una de las situaciones más delicadas ha sido ese momento en el que un equipo comienza a tantear a otro. Recientemente hemos visto ejemplos como los de Sébastien Ogier, el cual probó en secreto el Toyota Yaris WRC antes de desvincularse de Citroën Racing, o cómo Loeb narraba la historia del día en que David Richards se plantó en Estrasburgo para tratar de ficharle para Subaru, años antes de que Malcolm Wilson le ofreciera probar el Ford Focus RS WRC para tratar de reclutarlo para las filas de M-Sport.
Sin embargo, la historia tiene otros muchos sucesos curiosos. Fichajes que no se dieron, como lo que pudo ser y no fue entre SEAT y Carlos Sainz, o aquella información que circuló en la prensa francesa sobre unos test realizados por Francçois Delecour con el equipo Hyundai en la primera intentona de la marca surcoreana dentro de la categoría reina de los rallyes. Fue ayer el propio piloto francés el que contó la anécdota de su propio puño y letra.
Piloto de Peugeot Sport a principios del Siglo XX, Delecour era una de las piezas fundamentales en aquel momento de la firma del león junto a Marcus Grönholm y los hermanos Panizzi. Un buen recurso por parte de los de Sochaux debido a la gran sensibilidad que siempre ha tenido François con la puesta a punto y su dilatada experiencia en el WRC. Cuando el francés estaba realizando un entrenamiento en bicicleta (es un apasionado, hace poco completó la Titan Desert) cerca de su casa, se encontró con los test de Hyundai y MSD, preparador que en esos momentos llevaba el proyecto de la compañía en el Mundial.
Esto fue en 2000, como siempre, me enorgullezco de mi MTB una mañana hermosa para estirarme las piernas y hacer unos pocos kilómetros… Y ahora me encuentro con el equipo Hyundai que realiza pruebas en el Col de Grateloup cerca de Sainte-Maxime. Entonces los dos pilotos oficiales eran Kenneth Eriksson y Alister McRae. El director técnico me pregunta si es posible que pruebe el auto para darle mi opinión. Le respondo diciéndole que no hay problema mientras nadie haga fotos ni difunda esto en la prensa
De esta forma, el probador de Echappement (revista que desafortunadamente parece que no seguirá adelante), al que nunca le ha importado subirse a un coche de competición, sea cual sea la situación, se ponía el mono ignifugo de Hyundai sobre el conjunto de ciclista y salía a hacer kilómetros sobre el asfalto del sur de Francia con el Accent WRC. La historia no tardaría demasiado en salir a través de la revista francesa AUTOHebdo, los cuales publicaban las imágenes de los test de Hyundai con Delecour al volante y aparentemente Staffan Parmander a la derecha, algo que tal y como ha reconocido el propio François “me costó un buen sermón de mi jefe, Jean-Pierre Nicolás”, en la actualidad coordinador del ERC para Eurosport Events.
La historia no terminó con final feliz, ya que la tensión que se vivió dentro de Peugeot Sport durante aquella temporada 2000 entre los hermanos Panizzi y François Delecour y Daniel Grataloup terminó con el famoso incidente entre ambos del Rallye de San Remo, donde Delecour acusó a Gilles de haber estado realizando reconocimientos ilegales durante la semana previa al rally, mientras que Grataloup pidió a Hervé las notas para ver los detalles de las mismas y utilizarlas como pruebas de que sus compañeros habían hecho trampas. Todo ello a gritos en medio de la asistencia, amagos de pelea y la amenaza de Delecour de abandonar el rally y destrozar el doblete que en esos momentos estaban realizando los pilotos de la firma francesa. Corrado Provera tomaría decisión de no seguir con Delecour, el cual ficharía por Ford, aunque ambas partes todavía tuvieron un careo en la TF1 francesa para explicar sus versiones.