Frédéric Vasseur es un hombre particular al frente de un equipo particular. El francés es la cara visible de Sauber desde mediados de 2017 y ha liderado la transición del equipo suizo a una nueva asociación indirecta con Ferrari. Vasseur es sobre todo una persona comedida, experto reductor de optimismo y de expectativas altas en busca de un mejor rendimiento. «Nuestro proyecto es a largo plazo, pretendemos que Sauber y Alfa Romeo evolucionen como conjunto y logren mejores resultados», explicó.
«El objetivo en 2018 es progresar desde Melbourne hasta el final, sería un error marcarnos el objetivo de batir a algún equipo en especial. Lo único que queremos evitar es ser décimos en el Mundial de Constructores, eso no es excusa ni lo que debemos conseguir. Sabemos de dónde venimos pero queremos mejorar por potencial y por resultados en pista, no solo por tener un motor nuevo y asociarnos con Alfa Romeo», elaboró Vasseur de forma tajante.
Parece que el equipo suizo ha experimentado una mejora sustancial con el nuevo C37 respecto a su predecesor. «El coche es muy diferente al de 2017, hoy había que recolectar datos, aprender y gestionar todas nuestras capacidades con el C37. Los pilotos se han aburrido un poco, pero tienen que superar este trago como parte de su experiencia. También se ha deshecho en elogios respecto a su dupla titular: «Leclerc necesita un periodo de aclimatación al coche y a algunos circuitos que no conoce, Ericsson tiene experiencia y conoce a gente del equipo. Ambos afrontan situaciones muy diferentes, solo necesitamos pilotos con referencias buenas».
La controversia generada por el Halo no parece ir con Vasseur, que lo ve como un elemento añadido al juego de la Fórmula 1. «El Halo no nos supone un problema, sencillamente es un parámetro que establece la FIA. Alterna todo el proceso de creación del coche, el crash test y las adaptaciones del chasis a él. No es bueno ni malo, solo forma parte de las reglas del juego y hay que adaptarse a ellas», comentó.
