Para una persona de números, no habrá resultado una sorpresa encontrarse con que Nasser Al-Attiyah no ha llegado a estos días finales peleando por el triunfo en el Rally Dakar en su debut con Prodrive. El talento del qatarí es indiscutible y su tenacidad e inteligencia al volante de un coche de rally-raids han sido sobradamente puestas a prueba y él mismo se ha encargado de refutar una y otra vez su calidad. Sin embargo, cada vez que ha afrontado un cambio de estructura, su inmediata participación en el Dakar no ha arrojado nunca el resultado de alzarse con el tuareg.
Esta vez había sido ligeramente distinto a otras ocasiones ya que incluso había tenido tiempo para poner a prueba el Hunter T1+ de Prodrive en la recta final de 2023 disputando algunas pruebas sueltas como la Baja Portalegre, así como consiguiendo sus primeras victorias. Y con todo ello se plantó en esta 46ª edición del Rally-Raid más famoso del planeta para tratar de plantar batalla no sólo a su compañero de equipo, Sébastien Loeb, sino que a antiguos rivales como los pilotos de Audi o a su anterior estructura, Toyota GAZOO Racing.
Ya antes incluso de empezar, Nasser mandó un mensaje a los de Glynn Hall diciendo que el que realmente se encargaba de marcar la diferencia (especialmente en fiabilidad) con la Toyota GR DKR Hilux era él, algo que ya caldeó el ambiente incluso antes de empezar la prueba. Tras unos primeros días en los que no pudo estar en la lucha por las victorias de etapa, Al-Attiyah se lanzó a por su primer triunfo de etapa el miércoles, justo en la previa de la etapa de 48 horas, seguramente dejando de lado el aspecto estratégico cuando precisamente era líder de la carrera.
A partir de ahí, la historia está contada. Un problema en los kilómetros finales de la jornada del viernes, día en el que tenía apenas un centenar de kilómetros que recorrer, lo dejaron fuera de la lucha por el triunfo. Tras ello, su problema de motor nada más reanudarse la carrera tras la jornada de descanso dieron el golpe de gracia definitivo a la moral del cinco veces ganador del Dakar, justo antes de que, al día siguiente volviera a tener problemas, esta vez con la dirección asistida.
Aunque ya estaba reenganchado al Dakar Experience, fórmula que te permite seguir en carrera peleando por las victorias de etapa, aunque en este caso fuera de las clasificaciones generales, el príncipe qatarí contaba todavía con un segundo jóker que le hubiera permitido seguir en carrera, sumando en este caso puntos para la general del W2RC que aspira a revalidar y teniendo también el objetivo de cumplir esa promesa en la que dijo que si tenía que ayudar a Sébastien Loeb lo haría.
La cara de Al-Attiyah de ayer era un poema. Cuando fue preguntado, sus frases fueron más que contundentes: “no quiero volverme a subir a este coche. Sabes, ya he tomado una decisión, sólo vine a darte las gracias y me voy a casa esta noche. Este año, para el Dakar, aprendí algo en mi vida, ya sabes, y sí, esto nunca volverá a suceder». Mensaje contundente que dejaba en entredicho la posibilidad que Nasser pueda incluso ligado a Prodrive y al futuro proyecto Dacia que deberá entrar en juego ya de cara al Dakar 2025 y tras un intenso programa de pruebas este mismo año.
¿Se volverá a subir al Hunter de Prodrive?
Si leemos las posibles implicaciones del mensaje dado por Al-Attiyah, si Naaser no quiere volver a subirse al coche significaría que al menos no será con el Hunter con el que saldrá a defender la corona en el W2RC, algo sorprendente ya que su estructura era una de las que aparecía en el anuncio por parte del campeonato de los inscritos. Precisamente el coche creado por Prodrive será el encargado de servir como base al futuro Dacia, por lo que el ver a alguien con la trayectoria del dos veces Campeón del Mundo FIA ser tan tajante deja mucha incertidumbre sobre su próxima decisión, especialmente después de conocerse las informaciones provenientes de Francia que apuntan a que Nasser no asistirá a la presentación del prototipo de Dacia a finales de enero, un evento en el que sí estarán Cristina Gutiérrez y Sébastien Loeb.
Por su parte, David Richards evitó polemizar demasiado públicamente, aunque sí admitió haber mantenido una larga charla con Al-Attiyah antes de que este abandonara el vivac y se fuera directo al aeropuerto: «Creo que tienes que entender que esta es su carrera, está con todos sus amigos en esta zona, todos le envían mensajes, en redes sociales, todo. Es una vez al año, y sé lo que es, como cuando son la 24 Horas de Le Mans, tienes una oportunidad cada año para ganarla, y sé la sensación cuando va mal. Es una gran desesperación, y puedo empatizar, puedo entender cómo se siente. Creo que cuando se despierte mañana comenzará a pensar sobre esto mejor».