Aunque durante todos los renders previos, Scuderia Cameron Glickenhaus ya había mostrado su intención de vestir de rojo, hemos tenido que esperar hasta este fin de semana para ver cuál será la imagen definitiva del SCG 007 LMH en su debut dentro del Mundial de Resistencia. El segundo Hypercar del WEC se estrenará este fin de semana con motivo de las 8 Horas de Portimao, bajo la atenta de Jim Glickenhaus, el cual ha seguido hasta ahora parte del proceso de desarrollo desde el otro lado del charco y a través de videoconferencias.
El productor de cine ya se deja ver en los boxes con su habitual sombrero, escrutando detenidamente cada movimiento, cada detalle, antes de cumplir el primer paso hacia su sueño: que uno de sus coches compita en las 24 Horas de Le Mans. No lo hará sin sufrimiento, ya que han sido unos últimos meses a todo tren, con cambios de última hora, retrasos en la homologación, accidentes durante los test y la imposibilidad de estar presentes en la primera cita del calendario en Spa-Francorchamps.
Sólo habrá una unidad del Hypercar norteamericano, pero la ilusión es máxima por ver de qué es capaz frente a la todopoderosa Toyota GAZOO Racing y su GR010 Hybrid LMH o el Alpine A480 LMP1. La librea elegida es toda una declaración de intenciones. En ella apenas aparecen sus principales socios técnicos, como es el caso de la firma de lubricantes MOTUL o su apoyo europeo de Podium Engineering, además de mostrar un patrón simple con el rojo como claro protagonista junto a algunos toques en blanco.
Muchos seguramente se sorprendieron al ver las razones por las que definitivamente han optado por dicha tonalidad para la carrocería de su 007 LMH: “El color oficial de los Estados Unidos ha sido el rojo desde 1905, el de Italia es el Aubergine (berenjena). Sugiero que ellos usen ese”. Obviamente parece que de nuevo ha sido Jim el que ha tomado los mandos de las redes sociales del equipo, con su habitual tono seco a la hora de responder a algunas de las interacciones que tienen los aficionados con la estructura y que seguramente le han echado en cara que están empleando en un coche estadounidense los colores que tradicionalmente se han empleado en los coches de competición transalpinos.
Todos vimos que en el Gran Premio celebrado el año pasado en Mugello, el cual celebraba los 1.000 GP de la Scuderia Ferrari en la Fórmula 1, los SF1000 de la firma del cavallino se vistieron por un tono burdeos que se aproximaba mucho más al original que empleaban los primeros coches de competición italianos, que en el caso de la compañía de deportivos es denominado como Rosso Corsa o Rojo Borgoña.
Tradición que se remonta a la primera década del Siglo XX:
Esta decisión no llegaría hasta pasado el ecuador de la primera década del Siglo XX, por lo que, durante las primeras ediciones de la Copa Automovilística Gordon Bennet (una competición internacional que se desarrollaron entre los distintos clubes nacionales), el rojo fue el color que vestía a los coches estadounidenses, mientras que el Azul era el de Francia, el Blanco el de Alemania, el verde oliva para Gran Bretaña (previo a la adopción del famoso British Green) y el Amarillo el de Bélgica.
Con el paso del tiempo y tras los múltiples éxitos de los coches italianos en competición, con Alfa Romeo, Lancia, FIAT, Maserati y la propia Ferrari como grandes representantes, el rojo se quedó en prácticamente todas sus variantes para los vehículos del país europeo, mientras que en Estados Unidos se empezó a emplear un tono blanco para la carrocería decorado con las tradicionales franjas azules que recorren longitudinalmente el coche.
“El uso de colores distintivos de nacionalidad es obligatorio cuando el reglamento complementario de la competencia lo requiera. Estos colores están determinados por la nacionalidad del competidor”. Obviamente este sistema siguió evolucionando, especialmente con la llegada de nuevos fabricantes y nacionalidades a las competiciones. España por ejemplo empleaba los dos colores de la bandera para sus coches, mientras que Japón empleaba el blanco como tono base y se diferenciaba de los coches germanos (estos derivaron al plateado) con la presencia de un punto rojo en representación del sol naciente tal y como ocurre con su símbolo nacional, estos últimos incluso han utilizado este mismo sistema en sus últimas participaciones en los eventos de ‘selecciones’, entre ellos los FIA Motorsport Games, aunque evidentemente ya no es obligatorio desde 1968.
Sabiendo del patriotismo y la excentricidad de Glickenhaus, no ha sido de extrañar que se haya optado por esta decisión alternativa a riesgo de que se produjeran estos reproches por emplear un color rojo que hace tiempo perdió su relación con EE.UU. para ser prácticamente propiedad de los italianos.
Fotos | Scuderia Cameron Glickenhaus (Toscanelli_Speed) y FIA Motorsport Games