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Gran Premio de Canadá 1967: Jack Brabham vence en el estreno de la Fórmula 1 en Mosport

El Gran Premio de Canadá es una de las citas más históricas del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Desde su primera edición puntuable en 1967, solo en tres ocasiones no hubo carrera: 1975, 1987 y 2009. Por lo demás, el Circuit Gilles Villeneuve ha sido una sede reconocida, apreciada y amada por los pilotos y equipos a pesar de las incomodidades logísticas. Pocos recuerdan que hubo carreras en otros dos trazados como el peculiar Mont-Tremblant y el original, un Mosport Park que mantiene su trazado idéntico a día de hoy bajo el nombre de Canadian Tire Motorsport Park. La primera carrera del mundial fue ganada por Jack Brabham en una cita marcada por la presencia de la lluvia que resultó decisiva para la lucha por el título entre los equipos Brabham y Lotus. El doblete del equipo australiano con Jack Brabham por delante de Denny Hulme decantó la balanza a su favor, mientras Dan Gurney completó el podio.

El circuito de Mosport había abierto en 1961 y había visto disputado el llamado «Gran Premio de Canadá» en seis ocasiones antes de convertirse en una prueba del mundial. El hecho de disputarse la primera en 1967 en el centenario del nacimiento de la Confederación de Canadá era una bonita casualidad… aunque logísticamente acabó siendo una complicación añadida. La carrera tenía que disputarse a finales de agosto entre las citas de Alemania e Italia y no junto a Estados Unidos y México, como dictaría el sentido común. Al final, el patrocinio de la firma de tabaco Player’s resultó crucial, al encargarse ellos de los costes de transporte. De esta forma, el mundial podía seguir adelante en un lugar magnífico aunque desconocido para equipos y pilotos, lo que añadía un extra de desafío a la prueba canadiense. El campeonato llegaba con Denny Hulme al frente de la general con 37 puntos por 25 de Jack Brabham y 19 tanto de Jim Clark como de Chris Amon.

El piloto de Ferrari no era una amenaza por inexperiencia propia y falta de velocidad de su monoplaza pero el as de Lotus podía ser un problema si el 49 empezaba a terminar carreras. Precisamente el Team Lotus apareció en Canadá con una tercera unidad para el piloto local Eppie Wietzes, que a pesar de todo llegó al fin de semana con menos rodaje del que habría querido al dañar su coche en los entrenamientos libres. En sabor local lo añadiría también Al Pease con un segundo Eagle aunque con motor Climax en lugar del potente Weslake de Dan Gurney. En total, diecinueve participantes entre los que destacaban los conocidos Jack Brabham, Denny Hulme, Jim Clark, Graham Hill, Dan Gurney, Jo Siffert, Jackie Stewart, Bruce McLaren o Chris Amon. También competían Mike Spence y Chris Irwin con sendos BRM P83, además de coches privados como los de Jo Bonnier o David Hobbs.

Los entrenamientos clasificatorios se resolvieron con una nueva pole position de Jim Clark con Graham Hill en segunda posición. Aunque Lotus las había pasado difíciles para encontrar el mejor reglaje para su monoplaza, finalmente fueron capaces de afinar el 49 para lograr los mejores tiempos. Denny Hulme era el tercer hombre en primera fila (entonces las parrillas alternaban filas de 3 y 2 pilotos) con Chris Amon y Dan Gurney por detrás. Bruce McLaren, Jack Brabham y Jochen Rindt ocupaban la tercera fila por delante de Jackie Stewart y Mike Spence, cerrando el top 10. Por detrás, la historia triste la protagonizó Tom Jones, piloto privado que viajó desde Estados Unidos hasta Mosport en un remolque con su coche a rastras. El piloto ponía a punto su propia máquina y después de unos buenos entrenamientos libres, sus registros eran medianamente competitivos. Ello llamó la atención del equipo oficial de Cooper, que se ofreció a revisarle el coche y ponerlo mejor a punto. El resultado debería haber sido mejor pero un cable de acelerador mal conectado le dejó tirado en el momento crucial, sin poder clasificarse.

En cualquier caso, llegó el día de la carrera y si hasta el sábado todo había sido sol y buen tiempo, el domingo este fue reemplazado por la lluvia y unas densas nubes que amenazaban con mantener tan oscuro clima toda la jornada. Tan complicada estaba la situación que Amon incluso trompeó en la vuelta de calentamiento. No era el único problema antes de arrancar, puesto que Jo Siffert no pudo tomar la salida tras problemas de ignición en su Cooper-Maserati. Por si no fuera poco, el problema se reprodujo en otro de los Cooper-Maserati tan solo cuatro vueltas después, dejando a Jochen Rindt fuera de competición. Mientras tanto, Clark empezó a tirar y abrió un espacio con respecto a los demás competidores, manteniendo la primera posición. Hulme arrancó bien y pasó a ser segundo por delante de Hill, Stewart y Brabham. Por detrás, nuevo trompo de Amon y sufrimiento de un Pease que se había quedado sin arrancar a tiempo e intentaba arreglar su coche. Pero la desgracia de un neozelandés en un coche rojo contrastaba con la buena actuación de otro neozelandés en otro coche rojo. Bruce McLaren estrenaba en esta carrera el nuevo McLaren M5A con motor BRM y con buen ritmo empezaba a remontar.

Llegó a ser cuarto antes de trompear, caer hasta la duodécima posición y volver a dar una exhibición de tesón al volver a lanzarse a por los hombres de cabeza. Bajo la lluvia, gobernar los coches más nerviosos era difícil y eso permitió que Hulme tomó la delantera. Por su parte, McLaren completó una espectacular remontada al situarse segundo en la vuelta 22 tras superar a Clark. Pero entonces paró la lluvia y sin ella, la carrera empezó a mutar. Primero, el escocés recuperó la segunda posición y luego se lanzó a por el líder. Le costó hasta la vuelta 58 adelantarle. A 32 del final, la primera posición era para Clark por delante de Hulme, Brabham y McLaren. Mientras tanto, se había retirado Chris Irwin por un trompo. Y entonces, la lluvia volvió a aparecer. Para los más de 55 mil aficionados en el trazado canadiense, McLaren se convirtió en el favorito pero un problema le afligía. Tras haber quitado el alternador de su coche esperando que la batería aguantara toda la carrera, ahora se encontraba con una batería que fallaba y sin saber si llegaría al final.

A día de hoy, la lluvia obligaría a los pilotos a parar para montar neumáticos rayados pero puesto que en esa época las gomas eran igual para pista seca o mojada… los pilotos que pasaron por boxes lo hicieron ¡para cambiarse las gafas! Demasiado sucias para pilotar con buena visibilidad, más de uno tuvo que pasar por su garaje para hacer tan peculiar cambio. Por su parte, Clark aguantaba primero, fino y sin sufrir aunque con Hulme enganchado tras su caja de cambios. Incluso Brabham lograba acercarse a los dos líderes que se convirtieron en uno tras parar Hulme por el asunto de las gafas. Parecía que Clark iba camino de una importante victoria pero problemas de ignición le dejaron fuera de combate en la vuelta 69. ¿Lo más curioso? El mismo problema lo sufrió Wietzes en la misma vuelta (que alcanzó más tarde al estar bastante por detrás). El canadiense pidió que los mecánicos le empujaran para volver a pista desde su garaje pero ello fue considerado como ‘ayuda externa’ y fue descalificado.

Por delante se había quedado en solitario Brabham, el entonces ya tricampeón que daba un paso adelante en la pelea por el título con su propio compañero de equipo gracias a una victoria crucial. Pero si Jack Brabham era el ganador, Denny Hulme era segundo, de manera que la distancia entre ellos en la general no se recortó en exceso. Tercero fue Dan Gurney que logró el segundo y último podio tanto para Eagle como para Weslake, su proveedor de motores. Y hablando de proveedor de motores, curiosamente esta fue también la última vez que el propulsor Repco logró ganar en la Fórmula 1. La zona de puntos la completaron un poco acertad Graham Hill en cuarta posición por delante de Mike Spence y Chris Amon, ya a tres vueltas del ganador. En la general, Hulme contaba con 9 puntos de ventaja sobre Brabham y 23 sobre Amon, además de 24 sobre Clark. Con tres carreras por delante, el título era prácticamente ya solo cosa de dos. Aunque Clark no iba a rendirse tan fácilmente…

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