Con los monoplazas rodando por las calles de Mónaco, se han sucedido algunas reuniones para empezar a establecer los planes de futuro del campeonato, entre los que se encuentra precisamente el calendario de la próxima campaña, después de conocer que, con la entrada de Las Vegas, habrá que hacer ajustes en el resto de fechas ante la negativa por parte de las escuderías de empezar a enfrentarse a guarismos superiores en cuanto al número de carreras.
Precisamente una de las que se está jugando su destino es el Gran Premio de Francia, el cual ha mantenido reuniones esta misma mañana con los responsables del campeonato a fin de entablar conversaciones sobre lo que ocurrirá una vez que se llegue al final del contrato que comenzó con la entrada de Paul Ricard en la temporada 2018. Christian Estrosi, presidente del GIP Grand Prix de France y alcalde de Niza, y Stefano Domenicali, jefe de la Fórmula 1 han establecido los primeros contactos.
La Fórmula 1 quiere mantener a Francia en el calendario precisamente en el momento en el que se habla de la llegada de Alemania como condición sine qua non para el ingreso de las marcas germanas. El sentimiento es mutuo, además de contar con el apoyo del Gobierno francés actual, Estrosi evidenciaba lo positivas que habían sido las charlas entre ambas partes: «Nuestra conversación fue muy positiva y el señor Domenicali nos habló del deseo de la F1 de quedarse en Francia«.
¿La propuesta? Al Gran Premio de Francia no le queda otra que la alternancia, optando por complementarse con otra carrera para celebrar uno la carrera en los años impares y otro en los pares: “El modelo debe evolucionar, y este concepto de alternancia nos viene perfectamente, a razón de un año de cada dos”. Se espera que el próximo mes de septiembre se den más detalles, algo que ha hecho saltar todas las alarmas ya que al igual que Mónaco, Bélgica también finaliza su contrato este mismo año, justo después de que el Circuito de Spa-Francorchamps haya afrontado una fuerte inversión económica para hacer obras en su pista.