El Gran Premio de Mónaco de 2001 tiene el honor de ser la última edición de la carrera monegasca en la que un Ferrari logró llevarse la victoria, con un Michael Schumacher en pleno comienzo de su etapa triunfal vestido de rojo. El alemán se impuso en una carrera en la que la mala suerte jugó en contra de McLaren, lo que permitió algunos otros resultados inesperados como el sorprendente podio de Eddie Irvine, el primero del equipo Jaguar en la Fórmula 1. Fue también una de las primeras carreras donde Fernando Alonso y Pedro de la Rosa compartieron parrilla aunque ninguno de ambos logró puntuar.
Las particularidades del Gran Premio de Mónaco se mostraron ya el jueves con los primeros entrenamientos libres en los que se vieron varios «inventos» extraños por parte de equipos como Arrows y Jordan con el objetivo de ganar apoyo aerodinámico. Desafortunadamente para ellos, se consideró que los nuevos alerones añadidos suponían un problema de visibilidad y corrían el riesgo de soltarse y herir a alguien, con lo que se prohibieron y los equipos afectados tuvieron que volver a sus configuraciones habituales para el sábado. Por lo menos hubo un día en medio que sirvió para hacerlo sin exceso de prisas.
En la sesión clasificatoria, David Coulthard logró una fantástica vuelta que le valió la pole position con dos décimas de ventaja sobre Michael Schumacher, segundo entre las calles del Principado. Mika Häkkinen y Rubens Barrichello ocupaban la segunda fila pero la sorpresa se encontraría en la tercera ya que entre Ralf Schumacher y Juan Pablo Montoya con los Williams, Eddie Irvine logró un sorprendente sexto puesto al volante de un poco competitivo Jaguar-Cosworth. El británico demostraba así que quien tuvo retuvo y si la máquina no estaba a la altura, sus manos eran suficientes como para estar en la zona alta.
Justo antes de la salida, David Coulthard caló su coche, lo que le obligó a salir desde el fondo de la parrilla. Eso a su vez dejó a Michael Schumacher sin nadie delante que pudiera entorpecer su ritmo y desde el momento de la arrancada marcó el tempo de la carrera. El único otro cambio de posiciones lo protagonizó un Juan Pablo Montoya que logró adelantar a Eddie Irvine al situarse en el interior de la primera curva, dando cuenta del piloto de Jaguar. Poco le duró la posición al colombiano, ya que en la segunda vuelta sufrió una salida de pista y golpeó el guardarraíl, terminando así su primera participación en un Gran Premio de Mónaco.
Los abandonos empezaron a sucederse y tras Montoya -además de Nick Heidfeld en el primer giro-, Olivier Panis y Mika Häkkinen dejaron la carrera con inexplicables problemas. Tampoco duró mucho más la carrera de Pedro de la Rosa, el piloto español con mejores opciones de destacar. Saliendo décimo cuarto, estuvo en pista siempre en posiciones retrasadas y en la vuelta 18 el sistema hidráulico de su Jaguar-Cosworth dijo basta. No fue el único español en tomar parte en la carrera pero tampoco en abandonar. Fernando Alonso se retiró tras 54 vueltas con problemas en la caja de cambios. En aquel momento ya sólo quedaban trece coches en pista.
A lo largo de una carrera especialmente dura hubo también abandono de Ralf Schumacher por problemas eléctricos y otras salidas de pista, además de otras retiradas con protagonismo de los sistemas hidráulicos y las cajas de cambios, siempre bajo tanta presión en Montecarlo. Para cuando la carrera llegó a su fin, sólo quedaban nueve pilotos, diez de ellos clasificados al abandonar Kimi Räikkönen a cinco vueltas del final. Dos de los protagonistas habían sido Enrique Bernoldi y David Coulthard. El primero había sido capaz de aguantar al segundo durante buena parte de la carrera, puesto que al luchar por posición tenía todo el derecho de hacerlo, causando la furia del escocés.
Michael Schumacher obtuvo su última victoria en Mónaco, la última hasta el momento de Ferrari en una carrera sin especial dificultad para el equipo, que tuvo también a Rubens Barrichello en segundo puesto. Fue en parte una reunión de pilotos de la marca italiana ya que Eddie Irvine cerró el podio con una tercera plaza tan sorprendente como bienvenida para Jaguar. Los británicos lograron así un primer podio muy necesario para seguir justificando la gran inversión por parte de Ford en la categoría reina. Menos de dos segundos tras él, Jacques Villeneuve firmó un valorable cuarto puesto, a las puertas del podio.
David Coulthard fue quinto tras desembarazarse de Enrique Bernoldi y marcar un ritmo espectacular, con vuelta rápida tras vuelta rápida hasta lograr ser quinto. Tuvo algo de fortuna al aprovecharse del error de un Jean Alesi que habría podido ser quinto. Finalmente el francés fue sexto, lo que ya constituía un enorme resultado para Prost Grand Prix. El equipo del cuatro veces campeón del mundo Alain Prost estaba sufriendo a nivel económico, con lo que cualquier resultado de este estilo era una gran noticia. Los demás pilotos que completaron el Gran Premio fueron Jenson Button, Jos Verstappen y el propio Enrique Bernoldi, aunque ninguno de ellos sumó puntos ya que por esa época sólo los seis primeros se llevaban premio.
Tras siete de las diecisiete carreras a las que estaba programado el campeonato, Schumacher sumaba 52 puntos por 40 de Coulthard, con lo que en Ferrari daban un golpe sobre la mesa que les mostró como los auténticos favoritos que eran para la temporada. Barrichello afianzó su tercera posición en la general con 24 puntos, el doble que el menor de los hermanos Schumacher, cuarto. Mientras tanto, en siete carreras Häkkinen sólo había sumado cuatro puntos y su retirada empezaba ya a ser mencionada a menudo en el paddock. Inicialmente iba a ser un año sabático aunque la historia concluye que no fue así…