Cuando Gottfried Grasser, propietario de Grasser Racing Team, decidió alejarse del Campeonato IMSA Weathertech Sportscar y del ADAC GT Masters para competir con sus cuatro unidades Lamborghini Huracán en el DTM, pensó que el fabricante italiano le concedería prioridad en la asignación de privilegios. Pero a estas alturas es obvio que el movimiento no salió bien puesto que Lamborghini Squadra Corse eligió a Iron Lynx como su equipo oficial para gestionar su proyecto LMDh y además esta semana se dejó caer el rumor de que el DTM pasaría a ser propiedad de la misma organización que posee el ADAC GT Masters, así que los planes de Grasser se truncaron y ahora el equipo permanece en una encrucijada.
La incertidumbre rodea al DTM y los equipos están prácticamente en un limbo, esperando calendario y condiciones generales para disputar una hipotética temporada 2023. El problema es que tanto el ADAC GT Master y el DTM son series alemanas basadas en GT3 y lo más lógico es que se produzca un estancamiento si una absorbe a la otra puesto que no le van a presentar al público un producto muy similar. En tal sentido, Grasser medita dar un gran paso atrás porque todo apunta a que solamente se permitirán dos coches por equipo y seis en total por fabricante en el DTM, lo que dejaría dos coches de Grasser sin competir, aunque tampoco es factible inscribirse en una categoría en la cual se desconocen los acuerdos comerciales.
Regresar a la IMSA parece ser la mejor alternativa aunque represente un problema logístico porque tras cesar las operaciones en los Estados Unidos el equipo se instaló en Austria. La decisión debería tomarse antes del 4 de diciembre para poder planificar con tiempo en caso de volver a América. De optar por la IMSA, Grasser solamente acudiría con un Lamborghini Huracán que sería inscrito en la clase GTD. Pero de ser infructuosa tal iniciativa, lo más sensato es acudir al ADAC GT Master con dos coches y los otros dos permanecerían en el DTM, con el problema de la división de recursos y de personal. Como se advierte, todos los planes que tenía Grasser a futuro se han desintegrado porque nada de lo que está sobre la mesa era lo que esperaba para 2023.
En palabras de Gottfried Grasser:
Todo está en el limbo en este momento porque todo depende de un calendario, es por eso que la IMSA se ha vuelto cada vez más actual para nosotros. Tal vez solo competiremos con dos coches todo el año, incluso con la falta de claridad actual con respecto al calendario, aún no está claro si Mirko Bortolotti puede quedarse con el equipo. No puedo concluir nada para cuatro coches porque eso puede no ser factible en absoluto. Y hay muchas cosas que no están claras.
Vía | Motorsport Total