El mundo de la competición y del automovilismo en general es gigantesco y comprende un gran número de disciplinas. Dentro de las carreras se puede dividir en pruebas en circuito, competiciones off-road o rallyes, pero también se puede separar en distintos modelos de competición, desde lucha contra el crono hasta competición de distintos vehículos entre sí. Los Eco-Rally no llegan a entrar en ninguna de ellas, pero sí requiere otro buen número de elementos a tener en cuenta que trataremos de explicaros en esta sencilla guía práctica para todos aquellos que quieran en el futuro competir en uno. .
Obviamente aquí lo importante es contar con un coche propulsado por una de las consideradas como “Energías Alternativas”. La competición está abierta a vehículos de Gas Licuado de Petróleo o Gas Natural Comprimido, así como vehículos 100% eléctricos o híbridos, tanto enchufables como autorecargables o PHEV. Toda una jungla en la que sin duda es difícil juntar especies, pero en las que se consigue a través de la vía matemática y de fórmulas compensatorias que permiten meter bajo el mismo paraguas a vehículos tan dispares como un Toyota Corolla Hybrid, un BMW 330e o un KIA Niro PHEV.
Quizás es una de las formas de competir en vehículo más asequibles que nos podemos encontrar. No se necesita una licencia específica más allá del carné de conducir en regla, ni un equipamiento de seguridad extra que nos encarezca la experiencia. Muchas ganas, un coche que cumpla con la normativa de la Dirección General de Tráfico (incluido chaleco, triángulos, rueda de repuesto y/o kit de reparación de pinchazos) y algunos elementos básicos que nos ayuden en la regularidad, como son la aplicación Rabbit Rally, una antena externa GPS que nos permita mantener la señal incluso en las zonas con menor cobertura y el roadbook con el que te dotará las respectivas organizaciones.
No, un eco-rally, al igual que una prueba de regularidad que no sea “Sport” no implica ni velocidades estratosféricas, ni un vehículo de carreras, ni la necesidad de contar con una formación como piloto o copiloto. Precisamente es ese el punto en el que reside la magia de una disciplina tan particular. Se disfruta una vez que estás en carrera, peleando con el hecho de mantener la velocidad y además tener una conducción eficiente. Una jornada que obviamente no tienen las exigencias físicas de una carrera de velocidad, pero la etapa maratoniana del sábado en el Eco-Rally de la Comunidad Valenciana nos llevó desde primera hora de la mañana hasta ya entrada la noche.
Seguramente muchos no se imaginarán lo difícil que es cuadrar no solo la regularidad, sino también acompañarlo de una buena eficiencia y el menor consumo de combustible posible. Todo ello se antoja incluso más complicado en las tortuosas carreteras de montaña de la Comunidad Valenciana.
Con un móvil y una antena externa de GPS:
Puede sonar cuanto menos curioso, sin embargo, eso es lo poco que se necesita para poder competir en una prueba como esta. De nuevo fue con una antena Garmin proporcionada por la propia Action Press (organizadora de la prueba), el Roadbook y un Smartphone que soporte la aplicación Rabbit Rally. Tras dos años sin correr una prueba de estas características es digno de mención que el avance de la tecnología ha permitido que esta sea una alternativa fiable para las tradicionales sondas y Blunik.
La precisión que ha logrado esta aplicación permite afrontar una disciplina tan concienzuda como esta con una versión gratuita totalmente capaz con una configuración mínima, tanto en sistemas Android como con iOS. ¿Por qué utilizar una antena externa de GPS? Obviamente se pierde precisión al no utilizarla, algo que puede arruinar por completo tus opciones de ajustar tu velocidad a la que se pide a través de las tablas de regularidad y el roadbook. Centímetro a centímetro se acumulan muchos metros, por lo que el desfase que puede acumularse ya solo circulando pueden ser muchos segundos al cruzar la meta. Conseguido uno de estos aparatos de plug&play todo es mucho más sencillo.
La configuración de la versión más básica de Rabbit Rally para regularidad es muy sencilla. Además de la posibilidad de introducir los tramos de competición con sus respectivas medias de velocidad, distancias y los tiempos finales, debemos realizar una configuración sencilla para interconectar nuestro móvil con la antena vía Bluetooth y tendremos además la opción de calibrar la aplicación en el tramo destinado a ello. A partir de este punto los cambios apenas son mínimos y tan solo tendrá el copiloto que acordarse de ajustar la hora de la app con el reloj oficial de carrera y acordarse de ir cambiando el tramo a disputar (poniendo el odómetro a cero en el punto de salida y meter la hora de arranque que nos da el carné de ruta) según vaya avanzando la competición.
Obviamente si recurres a una Tablet o iPad con conexión Bluetooth puede ser incluso una mejor elección al tener más capacidad para ver los números también el piloto, con un soporte para el coche que permita tenerla bien fijada (también se puede hacer un apaño con algo de cinta de doble cara) y que no haya reflejos molestos. Gafas de sol para el amanecer y el atardecer, un lápiz para ir tachando viñetas completadas y mucha voluntad y ganas de pasárselo bien para completar ese equipamiento básico.
Como soporte, nunca está de más el cable de recarga para los aparatos electrónicos y aunque pueda parecer básico, un navegador digital que nos permita saber lo que tenemos por delante y acomodar nuestra velocidad puntual a posibles curvas cerradas que tengamos por delante para así no vernos sorprendidos por el terreno y no tener que ir más rápido después de dicha sección para dejar de ver los dígitos en verde.
Ya en marcha, constantes, decididos y claros:
Podríamos decir que son algunas de las siglas que nos deben acompañar en una competición de regularidad y más si hablamos de un Eco-Rally. Participar en un evento como este requiere de paciencia y de una curva de aprendizaje que no es demasiado empinada para comenzar a disfrutar. Contantes en nuestro ritmo de carrera, decididos a la hora de elegir tanto la velocidad como nuestras trazadas y claros para dar las instrucciones de qué carretera seguir.
El trabajo del copiloto no solo es importante a la hora de seguir las indicaciones del Roadbook, sino que también se convierte en psicólogo y responsable técnico. Esto último es vital a la hora de ir puliendo esos errores que puedan ir surgiendo durante los tramos. En un recorrido de 20 kilómetros, con tráfico abierto y en carreteras que en ocasiones se vuelven muy tortuosas, es habitual hacer metros de más y menos respecto a la línea calculada por la organización (por el carril derecho y cerca de la línea). Es por ello que si no se corrige cada ciertos kilómetros recorridos el error que nos podemos encontrar con más de 50 metros de desfase tanto de adelante como de retraso respecto al valor que nos arroja en pantalla el Rabbit.
Es por ello que el copi debe ir ajustando los valores del odómetro con las referencias que nos va dando el libro de ruta. Tanto las zonas profesionales como Rabbit permiten modificar los metros recorridos para así no seguir acumulando estos metros de error en las siguientes referencias, en el caso de la aplicación para móvil o tableta, tan solo tienes que pulsar la box virtual en la que tenemos el dato de los metros recorridos y el valor que introduzcamos será introducido en el odómetro justo desde el punto en el que hemos realizado la pulsación, algo que sin duda facilita mucho la tarea.
Su otra labor igual de importante es la de meterse en la cabeza de los pilotos e ir poco a poco adaptando sus correcciones e indicaciones en cuanto al ritmo en función de los acelerones que pueda dar el que se encuentra detrás del volante a la hora de recuperar de nuevo el color amarillo que significa que en esos momentos te encuentras en el tiempo ideal. Si cabe es más importante en los eco-rallyes, ya que en una disciplina como esta, se torna vital el gestionar este tipo de aceleraciones bruscas, las cuales repercuten mucho en el consumo final, si cabe más importante con la normativa actual de dichas pruebas en las que se tienen en cuenta tanto los puntos acumulados en los tramos como los litros gastados.
Dónde y cuándo correr un Eco-Rally:
En España tenemos desde hace algún tiempo una Copa de España de Energías Alternativas que discurre por carreteras y lugares tan bellos como A Coruña o Llanes. Obviamente las citas más atractivas en el calendario a la hora de competir con algunos de los gallos del panorama internacional nos las encontramos en las dos citas de nuestro país que se incluyen en el calendario FIA, Bilbao, después del verano (2 al 4 de octubre) y el de la Comunidad Valenciana, el cual ha ido variando de fechas durante los últimos años, primero en octubre y posteriormente en noviembre, justo antes de que de cara a 2020 se vuelva a variar por completo el planning y se pase al mes de abril, entre el 24 y 26 de dicho mes.
En el panorama nacional, habrá sorpresas el año que viene, con alguna prueba cerca de uno de los grandes núcleos urbanos españoles y que seguramente atraerá a muchos participantes y marcas, así como la posibilidad de que haya cambios en la normativa técnica que se deberán discutir en las próximas semanas.
Disponiendo de un coche de estas características antes mencionadas y en regla, prácticamente nos encontramos con una competición en la que solo hay que desembolsar el precio de la inscripción por equipo y el depósito de carburante que se emplee en aquellos vehículo híbridos o a gas con los que se participe. En muchas ocasiones las listas de competidores se completan con deportistas de primer nivel tal y como se pudo ver hace menos de un mes en Castellón, con la presencia de Pérez-Aicart, Roberto Blach, los hermanos Solans, Luis Climent, Miguel Fuster o Efrén Llarena. Una vez metidos en faena lo cierto es que es una jornada muy distendida, con competición sana entre los presentes y en el marco de la posibilidad de descubrir una nueva tecnología de propulsión en condiciones ‘distintas’ a las del día a día.
Así fue nuestra experiencia en 2019 en el Eco-Rally CV:
Para nosotros la edición de 2019 parecía ser la de la verdad. A la tercera va la vencida dice el refrán… Pues fue sin duda prometedora junto al popular Víctor Abad, el amigo «efeuno», que se adaptó muy pronto a su primera experiencia de estas características. Después de comenzar apenas penalizando menos de una decena de puntos en el inicio, con el primer tramo de la mañana. Al Toyota Corolla 1.8 de 122 CV híbrido parecía venirle a la perfección las secciones más reviradas (obviamente el satisfactorio modo Sport lo probaríamos fuera de la competición), sin embargo, a nosotros nos faltaba todavía afinar el ritmo en estos tramos montañosos e ir puliendo nuestro trabajo dentro del habitáculo a la hora de compenetrarnos en las correcciones y de trabajar para limar esas discrepancias de metros que se pueden producir respecto a la aplicación.
Sí, lo habéis adivinado, nos cayeron 77,6 puntos de penalización en un tramo que todavía no sabemos de dónde salieron, algo que sumados a los 35,7 del TC4 terminaron por enterrar cualquier opción. Con energías renovadas después de la asistencia del mediodía, todo fue mucho mejor durante la tarde, hasta el punto que nos permitimos el lujo de pelear alguna victoria parcial con los que realmente saben cómo competir en esto de los eco-rallyes, gente con la experiencia de Eneko Conde, Luis Climent o Lucas Pérez. Destaca especialmente ese tramo ocho en el que con 1,1 puntos de penalización encabezamos la tabla de los híbridos, recortando a los competidores que nos precedían y quedándonos a la postre a solo 0,7 puntos de la séptima plaza.
La eficiencia no nos acompañó después de los problemas con el ritmo de la mañana y de equivocarnos en un par de ocasiones en los enlaces, por lo que fue imposible repetir la actuación de 2017 con el Toyota C-HR, terminando terceros en cuando a la optimización de energía empleada. Aun así, pudimos poner nuestro granito de arena para ayudar a la marca a quedarse con un lugar en el podio de la Copa de España de Energías Alternativas.