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Hace mucho frío ahí fuera

A raíz de un interesante y multitudinario debate en Twitter sobre el fichaje de Carlos Sainz Jr. por McLaren no está de más plasmar algunas consideraciones sobre el mismo en un artículo de estricta opinión. El madrileño afrontará en 2019 su quinta temporada en Fórmula 1 y lo hará pilotando para el equipo de Woking. Lo que antiguamente hubiera sido un notición por el prestigio de McLaren ahora se ha recibido con sentimientos encontrados. Sin embargo al analizar con frialdad la situación sólo se puede catalogar el fichaje de éxito para el madrileño y su entorno.

Pasar de un equipo de fábrica en ascenso como Renault a una vieja gloria sin perspectivas de éxito inmediato como McLaren no es el escenario más atractivo. Pero obviamos que Carlos Sainz Jr. hace escasos días estaba fuera de la Fórmula 1. Primero sonó el nombre de Esteban Ocon, luego Daniel Ricciardo se hizo con su asiento y depender de Red Bull es siempre incómodo por mucho que quede un asiento libre junto a Max Verstappen. Era mejor moverse rápido y encontrar una silla libre antes de que la música dejase de sonar.

Se suele criticar mucho que los pilotos se obsesionen con la Fórmula 1, sería hipócrita negar que incluso lo ha hecho quien escribe estas palabras. Pero en el caso de Sainz no aplica. Hablamos de un chaval de 23 años, que ha dado la talla en Fórmula 1 por encima de lo que se esperaba dado su curriculum de categorías inferiores y que pese a marchar por detrás de Nico Hülkenberg este año seguía teniendo ofertas atractivas y sin necesidad de aportación económica encima de la mesa. ¿Por qué renunciar a un futuro asegurado en Fórmula 1? La jugada maestra es tal que un piloto con mayor cartel y palmarés fuera de la F1 como Esteban Ocon hoy por hoy se encuentra a la espera mientras el español reposa sobre un contrato plurianual en un equipo del que nadie espera nada y todo lo que consiga brillará.

¿Podía haber buscado acomodo fuera de la Fórmula 1? Quizá. ¿Pero dónde? La realidad es que el panorama automovilístico internacional no invita a arriesgar si tienes un contrato fijo en Fórmula 1 delante de tus narices. Con la retirada de fabricantes en LMP1 y DTM, más una Fórmula E bastante más estable que en sus primeros años, no quedan tantos volantes interesantes para pilotos con cierto bagaje en Fórmula 1. Y por mucho que Fernando Alonso nos haga creer que es fácil, en muchos casos irte a la IndyCar sólo es una posibilidad con un buen maletín debajo del brazo. La guinda del pastel lo pone el sistema de categorización de pilotos FIA, que limita mucho las puertas de entrada de pilotos con palmarés al mundo de los GT o LMP2. ¿Hay quien lo logra? Por supuesto, pero es un riesgo que te puedes ahorrar si la Fórmula 1 aún se interesa por ti.

Así, el estado actual del automovilismo invita a ser conservador. Está bien que el ejemplo de Fernando Alonso haga pensar en un deporte mucho más flexible y fluido, pero la realidad es que se trata de una excepción más que la norma. Y sobre todo, no podemos esperar que un piloto joven con una larga carrera aún por delante tome las mismas decisiones que un veterano. La amplitud de miras hay que exigírsela a quien tiene una edad y se niega a aceptar que ese capítulo ya es pasado. En la situación que vive Carlos Sainz Jr. no procede y hay multitud de ejemplos de largas y sólidas carreras deportivas en Fórmula 1 sin ninguna necesidad de ser un figura o creer haber fracasado por no probar otros campeonatos.

Foto | Renault – XPB – James Moy Photography

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Eloy Entrambasaguas

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