Como ya mencionamos en nuestro artículo especial acerca de los Peugeot que nunca llegaron a competir en resistencia, la historia de las carreras está repleta de proyecto nonatos que en muchas ocasiones permanecieron completamente en secreto durante años. Precisamente en un momento en el que se habla que la propietaria de Jaguar, Tata Motors, estaría preguntando al ACO acerca de las reglamentaciones de los LMH y los LMDh ante un posible regreso a la competición internacional a medio plazo, es bueno recordar uno de esos trabajos ocultos que nunca llegaron a ver la luz.
Jaguar estaba compitiendo en la era de los Grupo C frente a fabricantes como Peugeot, Mazda, Mercedes o Porsche. Era la época de finales de la década de los ochenta, donde el trabajo en el túnel del viento era clave para el desarrollo de los coches de competición, más aún para los que protagonizaban el World Sportscar Championship, los cuales lucían diseños muy complejos con ruedas carenadas, formas lo más estilizada posible y velocidades que tal y como recordamos, se acercaban a los 400 km/h.
Junto a sus socios de confianza del equipo, Tom Walkinshaw Racing, Jaguar, con John Egan al frente, estaba deseosa de relanzar su imagen como uno de los grandes fabricantes de deportivos de la historia a base de vencer a algunos de sus rivales de mercado en los circuitos. Es por ello que sus programas en el WSCC y en el IMSA contaron con un fuerte apoyo por parte del fabricante.
El Jaguar XJR8 nació con el pie derecho, mostrándose mucho más competitivo que lo que fuera el XJR-6 con el que Jaguar había regresado a la competición después de su privatización apenas un año antes. Contó con la colaboración del exdiseñador de BRM y Shadow, Tony Southgate, sin embargo, poco tenía que hacer ese modelo frente al Porsche 962. Es por ello que la llegada del XJR8 fue todo un soplo de aire fresco para la compañía y los pilotos, los cuales se acercaron a la competitividad de los prototipos alemanes.
Sin embargo, seguía sin ser suficiente y Southgate tuvo que encerrarse en su despacho y pensar en alternativas que pudieran hacer incluso más competitivo en todos los circuitos a los TWR Jaguar. La solución no tardaría en llegar, sin embargo, lo que no se supo es que hubo otras opciones sobre la mesa tal y como demuestra esta maqueta a escala de un estudio de viabilidad realizado por el equipo para ser evaluado en el túnel del viento en el que se combinaba el frontal del XJR8 y la cola, con alerón incluido, del Porsche 962, justo el área que Tony creía que era la clave para esa ventaja que les llevaba Porsche en competición.
La maqueta con la que se encabeza el artículo, fue subastada en el año 2006 por Bonhams a un precio de salida de 2.070 libras, lo que hoy en día se traduciría a un precio de 2.815 libras, 3.300 euros al cambio. Se trata de un modelo de 1o1 cm de longitud realizado en fibra de vidrio completamente detallado, en el que se podían desmontar las ruedas y las llantas y en el que cada apéndice y forma estaba replicado a la perfección para así poder ser evaluado en el túnel del viento. Finalmente, no hizo falta que se llevara a la realidad este híbrido entre Porsche 962 y Jaguar XJR-8 ya que el modelo británico comenzó a cosechar victorias y títulos en el WSCC, pero su existencia nos permite comprobar que los equipos de competición trabajaban siempre en opciones aparentemente descabelladas con tal de ganar.
Hoy en día, esto se hubiera solucionado con varios modelados 3D, en los cuales ya se habría realizado un primer descarte entre las versiones que dieran peor resultado en el cálculo realizado en CFD… Pero nos hubiéramos quedado sin maquetas tan impresionantes como esta que con los años nos permitieron soñar con un universo paralelo.