Retirado de la competición activa desde hace ya algún tiempo, Alex Wurz no ha conseguido alejarse del automovilismo tal y como les ocurre a muchos de los que han dedicado gran parte de su vida a esto de las carreras. El austriaco estuvo presente en el prólogo del Mundial de Resistencia. Sobre el asfalto de Le Castellet volvieron a destacar sus botines, uno de cada color como acostumbraba a hacer en el pasado. Él ha sido sin duda uno de los grandes apoyos de Fernando Alonso en su llegada al equipo Toyota GAZOO Racing y a su vez, sigue siendo uno de los miembros más apreciados dentro de la estructura.
Sería en diciembre de 2016 cuando le veríamos realizar sus primeros pinitos en rallycross, en este caso probando el Ford Fiesta Supercar del equipo de Max Pucher en lo que parecía ser la antesala de un debut en el World RX. Precisamente esta prueba coincidía en el tiempo con la de Jenson Button, el cual estaba ante su año sabático en la competición y se daba el gustazo de probar un Honda Civic construido por Olsbergs MSE para el GRC.
Tanto el británico como el austriaco tenían en común que habían pasado su niñez viendo a sus padres competir en la espectacular disciplina del rallycross. En ambos casos sus carreras fueron por otros caminos, sin embargo, los dos se propusieron el experimentar aquello que hicieron sus padres, en el caso de Buttton, para alimentar el recuerdo del ya desaparecido John Button. Finalmente, los compromisos con Honda en el Super GT lo alejaron de cualquier opción a este último y el cierre del programa en el Global RallyCross Championship terminó con esta primera opción, aunque durante meses ha defendido que le encantaría disputar el Mundial con su propio equipo de amigos.
En el caso de Wurz, fueron su trabajo con Toyota en el WEC lo que le impidió el tener tiempo libre para realizar su debut. Tal y como nos reconocía en declaraciones a Diariomotor Competición durante las 6 Horas de Nürburgring, la intención de competir en rallycross seguía estando presente en su pensamiento. Franz Wurz, tricampeón de Europa de la disciplina, fue uno de los culpables de que el segundo de sus hijos tuviera su misma pasión por la competición:
Es muy divertido, lamentablemente no tengo tiempo con el Mundial de Resistencia para hacer rallycross porque los pocos fines de semana que me deja al año libres quiero estar con mis niños corriendo en karting. Esto ha hecho que no sea posible hacerlo este año, aunque todavía sigo queriendo hacerlo para sentir lo que hizo mi padre durante tantos años. Estoy orgulloso de mi padre, era algo así como una estrella de rock en aquellos días del rallycross.
En la lista de inscritos de la prueba noruega del World RX en Hell podíamos encontrarnos de nuevo el apellido Wurz. En este caso lo hacía ligado al dorsal #32, justo tras Max Pucher, el cual escenifica así su regreso al Mundial después de lo que puede haber sido un fallido proyecto con el GRC y la categoría platino de la que iban a construir y desarrollar todos los vehículos. Alex Wurz debutará el segundo fin de semana de junio al volante de un Ford Fiesta Supercar del equipo MJP Racing Team Austria, casi con la ilusión del primer día, de aquel niño que veía a su padre ganar carreras al volante del espectacular Lancia Stratos y que soñaba con ser como él. Wurz, no es esa estrella de rock que dice que fue su padre, incluso se podría decir que públicamente es una persona muy introvertida. Alex es una estrella dos veces ganadora de las 24 Horas de Le Mans que corre el riesgo de quedarse enganchado a esto del rallycross.