Desde Honda Performance Development sugieren que la nueva generación de motores para la IndyCar, que en teoría se introducirá a partir del año 2020, debería entregar más potencia que la actual, la cual oscila entre los 550 y 700 caballos. Tanto Honda como Chevrolet, los únicos proveedores de la categoría, acordaron no utilizar tecnología híbrida y partir de la presente configuración, V6 de 2.2 litros turboalimentado, para construir los nuevos motores.
Según la opinión de Art St Cyr, director de Honda Performance Developments, el nuevo motor debe ser sencillo, económico, potente y con un buen margen de desarrollo, para que, además de resultar atractivo para otros proveedores, se evite en lo posible modificar la naturaleza de la IndyCar. Hasta ahora, en las conversaciones no se ha planteado realizar cambios significativos en la arquitectura del motor, pero sí se deben aplicar algunos cambios para mostrar signos de evolución.
Explicó que el conjunto actual ha llegado a su techo en cuanto a desarrollo y los mismos organizadores de la IndyCar lo ha entendido, por tal razón la propuesta de pensar en nuevos motores. Honda aspira una especie de reinicio, actualizar la base planteada en 2012 y a partir de allí diseñar y construir el nuevo propulsor. Sin embargo, toda la inversión se orientará a los convencional, nada que ver con la costosa y compleja tecnología híbrida.
En palabras de Art St Cyr:
Cuando presentamos el actual motor hace siete años atrás éramos el único proveedor, teníamos otra visión y nunca pensamos que pasaría tanto tiempo vigente. Nos tuvimos que adaptar después y vimos que cada año había menos desarrollo disponible, por tal razón creemos que es propicio introducir un nuevo motor más potente. No espero grandes cambios, me imagino que el conjunto será muy similar al actual.
Vía | Autosport
