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Honda Racing US promete la revancha en Indianápolis

Desde la introducción de los motores V6 turbo de 2.2 litros en la IndyCar, Honda ha ganado en siete ocasiones las 500 Millas de Indianápolis, y Chevrolet lo ha hecho en seis, lo que en teoría concede cierta ilusión de paridad. Esta fórmula introducida en el año 2012 llegó al límite de su desarrollo hace bastante tiempo, siendo el software el único campo para extraer el mayor rendimiento. Desde 2020 y hasta el 2022, Honda, para entonces Honda Performance Development, había presentado una configuración que lucía inalcanzable para Chevrolet, pero a partir del año pasado la situación cambió, cuando Ilmor Engineering encontró la forma de ponerse por delante del motor japonés y en la reciente edición de la carrera se confirmó tal progreso.

Desde la clasificación, con nueve pilotos Chevrolet entre los doce mejores, incluyendo la primera fila con los tres Penske, se advertía lo complicado de la situación para Honda. El ritmo y los tiempos promedios referenciales mostrados por los equipos afines a Chevrolet representaron un gran reto para Chip Ganassi Racing, estructura que posee un trato prioritario por parte de Honda, de allí que apostaron por la estrategia en la segunda parte de la carrera, limitándose a seguir a los punteros durante los primeros tramos para intentar sorprender al final, pero nada funcionó ante la superioridad mostrada por el motor Chevrolet a la más altas revoluciones y con la máxima presión del turbo.

Pero inclusive con una estrategia correcta, ni Scott Dixon ni Álex Palou fueron capaces de retar a Josef Newgarden y a Patricio O’Ward por la victoria. Declaró Scott Dixon que exprimió al máximo lo que ofrecía su monoplaza y simplemente no podía colocarse en la estela de sus predecesores, lo que llegó a frustrarle porque anhelaba reeditar su triunfo de 2008 y veía esta ocasión como la ideal tras salir desde el puesto 21. Un tercer lugar fue lo máximo que pudo alcanzar y aunque es un buen resultado el piloto neozelandés, multicampeón de la categoría, se siente frustrado ante la imposibilidad de poder atacar con el acelerador y todos los sistemas a fondo, lo que resultó desalentador para Honda porque obviamente la mecánica no estuvo a la altura de las exigencias.

Por su parte, Palou indicó que también se sentía frustrado porque también llegó a creer que podía ganar, que tenía lo necesario porque su estrategia y la dosificación de combustible le pondrían adelante en la etapa decisiva, pero simplemente no pudo moverse del quinto lugar. En cierta forma se siente complacido por incomodar a los pilotos de Chevrolet, pero el objetivo es luchar por las victorias y más en la carrera más importante de la temporada. El séptimo lugar de Kyle Kirkwood también fue otra excepción en el evento, así que solamente tres pilotos afines a HRC finalizaron entre los doce mejores, lo que concede una idea del dominio de Chevrolet en esta ocasión. Ante lo ocurrido, David Salters, presidente de Honda Racing Corporation USA, manifestó que van a analizar lo sucedido y aplicarán los correctivos necesarios para volver a ganar la Indy 500 con los actuales motores junto al sistema híbrido.

En palabras de David Salters:

Fue un día decepcionante. A fin de cuentas, este día no estuvimos lo suficientemente bien. Nos reagruparemos, lameremos nuestras heridas, concentraremos nuestros esfuerzos y regresaremos. Así es como funcionan las carreras.

Vía Honda Racing US

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Humberto Gutiérrez

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