Honda es un fabricante que asociamos más al motociclismo que al automovilismo. No es para menos. Sus mayores glorias en Fórmula 1 se remontan a los años ochenta, mientras que su presencia continuada y victoriosa en el Mundial de Motociclismo abarca cuatro décadas, alcanzando 21 de los 37 últimos títulos de la categoría reina. Pero en este loco 2020 se da la circunstancia de que llevan dos victorias en Fórmula 1 y ninguna en MotoGP.
¿Hasta cuándo hay que remontarse para ver algo así? Depende de cómo planteemos la pregunta, pero más victorias de Honda en una temporada de Fórmula 1 que en todo un año de categoría reina de motociclismo no se ve desde 1991. Con Ayrton Senna apurando los últimos coletazos de dominio de McLaren-Honda en Fórmula 1 (7 triunfos y uno de Gerhard Berger) y Mick Doohan aún por conquistar su primer entorchado de 500 cc (fue subcampeón tras Wayne Rainey).
Lógicamente no pasa de ser todo esto una anomalía estadística debida a la lesión sufrida por Marc Márquez y la ausencia de sustituto de nivel en MotoGP, pero resulta significativo en un fabricante tan acostumbrado a la excelencia como Honda. En aquel 1991 donde sus motos fueron peores que ‘sus’ coches, Doohan logró tres victorias y Luca Cadalora y Loris Capirossi conquistaron los títulos de 250 cc y 125 cc con la casa nipona. Ahora hablamos de ‘apenas’ dos triunfos en Fórmula 1 con Red Bull y AlphaTauri sin aspiraciones reales al título y dos victorias en Moto3 donde domina KTM.
¿Podemos hablar de ‘annus horribilis’? Hombre, pues tanto como de la mala suerte de Carlos Sainz. A Honda siempre le quedará el mayúsculo consuelo de haber ganado las 500 Millas de Indianápolis con un piloto japonés, liderar sobrada las IndyCar Series con Scott Dixon o conquistar tras incontables intentos el Dakar gracias a Ricky Brabec. Es lo que tiene ser una marca tan implicada en los deportes de motor, que siempre tendrá algo a lo que agarrarse. Y nosotros se lo agradecemos.
Foto | Scuderia AlphaTauri