Hace poco menos de una semana conocimos posiblemente la mayor noticia del mercado de fichajes del Mundial de Rallyes 2019. Por supuesto, que el campeón cambiara de aires y regresara a Citroën era importante, pues a fin de cuentas Sébastien Ogier es hoy por hoy la referencia de la especialidad. Pero que Sébastien Loeb pusiera fin de esta manera a veinte años de relación con PSA es sin duda un terremoto. Parece un acierto de Hyundai, pero el papel lo aguanta todo.
2019 será la sexta temporada consecutiva de Hyundai Motorsport en el WRC y posiblemente la tercera como equipo con mayores recursos tras el abandono de Volkswagen a finales de 2016. Es vox populi que los honorarios de sus pilotos son astronómicos y que no falta de nada en Alzenau, pese a lo cual los coreanos han visto cómo se les escapaban todos los títulos de 2017 y 2018. No sólo Sébastien Ogier completó la proeza con M-Sport, sino que encima Toyota también les ha superado llevándose la corona de marcas este año. Se mire como se mire, la próxima temporada se la juegan.
Y en estas, quedó libre Sébastien Loeb y la puja de Hyundai fue la vencedora. El fichaje de una leyenda que además recientemente demostró seguir en forma no aparenta tener aristas, mas uno puede poner en duda su utilidad en las condiciones en que se encuentra la marca coreana. En lugar de armar un programa serio con tres pilotos a tiempo completo para luchar de tú a tú con Toyota (recordemos que Citroën aparentemente sólo tendrá dos coches, un hándicap de cara al Mundial de Marcas), ha generado malestar entre su plantel actual de pilotos y deberá hacer hueco a alguien que sólo corre por la victoria y no tanto pensando en el campeonato.
Desde el punto de vista de Sébastien Loeb tampoco tiene pinta de ser un movimiento claro. Las exigencias al volante de un i20 WRC no serán las mismas que tenía con Citroën, en una temporada donde la marca gala estaba prácticamente desahuciada, o las que hubiera tenido con M-Sport, asumiendo todos que difícilmente los de Malcolm Wilson hubieran podido seguir el ritmo de desarrollo de sus rivales tras obrar ya dos milagros de la mano de Ogier. Además, supone mancillar ligeramente su aura como piloto ligado a una marca o un grupo como PSA implicándose en un proyecto por ahora fallido y al que aterriza a última hora y con calzador (apenas tendrá tiempo de prepararse al disputar el Dakar 2019).
Obviamente siempre es buena noticia para los aficionados ver correr a los mejores y estoy deseando que los protagonistas dejen en ridículo estas palabras, pero a la espera de que arranque el WRC 2019 y visto con cierta perspectiva quizá Loeb sea un lujo innecesario para Hyundai.
Foto | Hyundai Motorsport