El ying y el yang. A pesar de encontrar más puntos de encuentro que nunca, como demuestra el fin de semana compartiendo pista en el Indianapolis Motor Speedway, IndyCar y NASCAR no pueden vivir tendencias más dispares. Mientras que los stock cars verán en 2021 uno de los calendarios más variados de su historia, los monoplazas se deberán de contentar de 17 carreras con apenas cuatro en tres óvalos distintos.
Resulta especialmente chocante cuando la actual IndyCar Series es heredera directa de la Indy Racing League, creada en 1996 y que aguantó durante una década sin dejar de girar a la izquierda. Pero los tiempos cambian, los óvalos son poco rentables, quedan lejos, no dan buenas carreras con los actuales monoplazas y cuesta llenarlos. En 2021 sólo aguantarán en el calendario Texas (con cita doble), Indianápolis para las 500 Millas y Gateway, a tiro de piedra de Indiana. Se cae Iowa y no se producirá el regreso a Richmond, que volvía al calendario 2020 y debió ser cancelado por la pandemia.
También se cae el Circuito de las Américas, novedad en el calendario NASCAR, dejando una temporada 2021 en la que las IndyCar Series visitarán Saint Petersburg, Barber, Long Beach, los mencionados óvalos de Texas e Indianápolis, Detroit Belle Isle con cita doble, Road America, Mid-Ohio, Toronto, el novedoso urbano de Nashville, la prueba rutera de Indianápolis ahora en agosto coincidiendo con NASCAR, Gateway, Portland y Laguna Seca. Es decir, en gran medida el plan original para 2020 si es que la evolución del COVID-19 lo permite.
Foto | IndyCar Series
