La IndyCar Series regresaba este fin de semana a Iowa de la mano de Hy-Vee, una cadena de supermercados local decidida a activar su patrocinio en Rahal Letterman Lanigan Racing con una cita doble muy bien organizada. Y con el desembarco en un óvalo corto se esperaba ampliamente el dominio de los coches del Team Penske. Algo que se dio pero no pudieron explotar al máximo al rayar a gran nivel también un Pato O’Ward excelso, vencedor el domingo tras el accidente del ganador del sábado, Josef Newgarden.
Las impresiones previas al inicio del fin de semana quedaron corroboradas en clasificación, pues Penske copó la primera fila de las dos parrillas: Will Power se llevó las dos poles en juego por delante de su compañero Josef Newgarden. Además en clave de campeonato el resultado era aún mejor para los pilotos del Capitán al quedarse todos los Ganassi fuera de los diez primeros. Alex Palou saldría decimocuarto y undécimo, rodeado de sus compañeros.
Si algo se aprende viendo carreras en óvalos cortos es que la degradación de neumáticos y la gestión del tráfico son claves. Y ello fomenta que se puedan ver undercuts salvajes al montar goma fresca y encontrarse a rivales aún con neumáticos viejos. Esta vez quedó evidenciado en la primera carrera por el curioso caso de Jimmie Johnson: la leyenda de la NASCAR provocó la primera bandera amarilla por un trompo, cambió gomas antes que nadie… y terminó liderando puntualmente la prueba. Sólo una mala gestión de las últimas vueltas le dejó fuera del top ten (11º).
Fue precisamente en esa resalida tras la primera bandera amarilla cuando Josef Newgarden atacó a su compañero Will Power y se situó al frente, posición que ya no abandonaría hasta la bandera de cuadros pese a que Patricio O’Ward fue ganando en competitividad a medida que avanzaba la tarde: el mexicano logró acabar segundo por delante de Will Power. Pese a un mal inicio de carrera, Alex Palou coqueteó con los puestos de podio, pero una alta degradación le llevó a cometer un error en las últimas vueltas y acabar sexto, tras VeeKay y Dixon. El líder del campeonato, Ericsson, fue 8º.
Como ocurrió 24 horas antes, pese a que Will Power mantuvo la punta al inicio de carrera, Josef Newgarden supo esperar su momento para superar al australiano, que opuso resistencia incluso a la salida del carril de boxes pero se mostró menos diestro en tráfico. Mas cuando todo apuntaba a un triunfo monumental de Newgarden, con la mayor parte de la parrilla doblada, un fallo de suspensión trasera lo mandó al muro. Y lo peor llegó tras la carreras: pese a recibir inicialmente el alta, Newgarden se desvaneció en su autocaravana y debió ser trasladado por precaución a un hospital. Eso sí, consciente y hablando con los médicos. Su presencia en Indianápolis el próximo domingo resulta muy dudosa.
El accidente dejaba al frente de la prueba a Pato O’Ward, quien ya había dado buena cuenta en pista de Will Power y ya nadie pudo inquietar al de McLaren, llevándose el triunfo por delante de los Penske del aussie y de Scott McLaughlin. Cuarto fue Scott Dixon, seguido de un espectacular Jimmie Johnson, que no se guardó nada para batir a su compañero de equipo y líder del campeonato Marcus Ericsson. Quien tuvo una jornada para olvidar fue el cuarto Ganassi: Alex Palou no pasó del 13º puesto, totalmente fuera de ritmo y aquejado de falta de adherencia en el tren delantero.
Marcus Ericsson aguanta al frente del campeonato, aunque ya sólo con 8 puntos de ventaja sobre Will Power. En una horquilla de 44 puntos se mantienen Newgarden (dependiendo de su evolución física), Dixon, O’Ward y Palou, que corre serio riesgo de descolgarse definitivamente de la lucha por el título si no obtiene un resultado positivo en el rutero de Indianápolis.
Foto | Team Penske