La de ayer fue una jornada muy difícil para todos los participantes, pero imaginaros tener que concentrar todas las acciones que realizáis dentro del habitáculo de un coche sólo con vuestras manos. Ayer, además de una etapa de pala y planchas, también fue un día en el que era preciso tener mucho tacto con el gas, de medir los tiempos correctamente y revolucionar el motor hasta el punto preciso para meter una marcha más sin que se viniera abajo la potencia del vehículo. En el caso de pilotos como Isidre Esteve, todo esto se tenía que hacer con las manos, con una coordinación y precisión absolutas.
Así lo consiguieron. A pesar de algunos retrasos y diversos problemas, Isidre y su copiloto consiguieron ver ayer la meta del bucle en Pisco, completando así la segunda etapa de un Dakar que se va a hacer muy largo a pesar de que este año llegaron preparados a conciencia. Al volante del BMW BV6 proto de Sodicar y con 340 CV de potencia entregados por el motor diésel de 3 litros turbo, el catalán pudo superar cada una de las ollas y trampas que la organización había preparado para los participantes. Sin duda, una buena muestra de lo rápido que se ha adaptado a la utilización de estos nuevos mandos adaptados.
¿Cómo los utiliza? En este caso el mecanismo parece similar al que se suele emplear para los vehículos de producción. Son dos anillos que giran solidarios al volante, los cuales permiten controlar los frenos y el acelerador. En este caso, Isidre utiliza su mano izquierda en los arranques para controlar la dirección y el acelerador, mientras que con la derecha acciona el botón del embrague y sube o baja marchas con la caja de cambios secuencial que ha pasado a utilizar de cara a este año. Una vez que ya se encuentra rodando puede repartirse el trabajo de acelerar y frenar con ambas manos, especialmente en secciones muy tortuosas. Obviamente no es el único modelo disponible, e incluso hay adaptaciones especificas dependiendo la limitación en la movilidad, algo que podemos apreciar por ejemplo en el sistema utilizado por Joan Lascorz, basado en una especie de joystick que sustituye a los mandos tradicionales.
Durante la jornada de ayer, Isidre tuvo que tomar algo más de velocidad para superar una duna y una vez llegados a la cresta, el coche saltó demasiado y aterrizó de morro. La contundencia del impacto y la fuerza con la que el piloto se había agarrado al volante hizo que la columna de la dirección se doblara hacia abajo, algo que le obligó a completar el resto de la etapa con los mandos en una posición muy desfavorable, mucho más baja. Hoy, con todo reparado tocará seguir cogiendo ritmo en su intención de acercarse a los equipos de la mitad superior de la tabla.