Curiosa iniciativa la organizada por dos de los rostros más reconocibles del actual automovilismo canadiense. James Hinchcliffe y Robert Wickens anunciaron este jueves un intercambio de coches que tendrá lugar en las próximas semanas: Wickens se pondrá primero al volante del monoplaza de IndyCar de Sam Schmidt Motorsport y posteriormente cederá el volante de su Mercedes-AMG C63 DTM a Hinchcliffe.
El test de Wickens en el trazado corto de Sebring será prácticamente su primera experiencia en monoplazas desde hace un lustro, cuando en 2011 se proclamó campeón de la Fórmula Renault 3.5 tras un polémico desenlace en Montmeló y tuvo la oportunidad de probar el monoplaza de Fórmula 1 de Virgin, equipo del que llegó a ser piloto reserva antes de ser fichado por Mercedes para el DTM.
En el caso de Hinchcliffe sí tiene más reciente su última experiencia en un vehículo carrozado, pues ha participado en reiteradas ocasiones en las 24 Horas de Daytona con Mazda tanto a los mandos de prototipos como de GT y también llegó a competir en los Supercars australianos como piloto invitado. En su caso el test tendrá lugar en Italia, aunque el circuito está aún por confirmar, siendo Adria un destino habitual de los equipos del DTM.