El Gran Premio de Bélgica tendrá un componente especial a pesar de la ausencia de público: el recuerdo a Anthoine Hubert. El piloto francés falleció el pasado año en un accidente desafortunado en que Juan Manuel Correa chocó contra el Arden en el Raidillon, quedando el ecuatoriano lesionado de gravedad mientras Hubert perdía la vida. Correa ha regresado al circuito que le arrebató la carrera deportiva de forma provisional y ha actualizado su estado de salud, lleno de optimismo y con ganas de volver a la Fórmula 2 de cara incluso a 2021.
La recuperación va bastante bien, me he recuperado muy deprisa porque el pensamiento sigue siendo el de un piloto, haciendo más de lo necesario. Me encantaría volver a correr el año que viene, mucho más pronto de lo previsto. Quedan varias cirugías pero a finales de año debería dejar de tener el metal que sujeta mi pierna. Ya hemos hablado con equipos pero tendría que hacer un programa de test más completo, no espero meterme en un entrenamiento y una qualy después de más de un año inactivo.
La prudencia debe reinar dentro de la alegría por una recuperación más que satisfactoria y en parte fortuita. No solo Correa sigue con vida después de un escarceo muy cercano con la muerte sino que podría volver a lo que más le gusta, la velocidad y la competición. Adoptado estadounidense desde hace años, el ex piloto de Charouz no ha querido dar nombres sobre su posible futuro y centrar su recuerdo belga hacia el rival con quien tuvo la desgracia de colisionar, todo ello rodeado de familiares y amigos de ese pequeño círculo de conocidos que es el paddock.
He podido cerrar un capítulo y hacerle un homenaje a Anthoine que no pude realizar del todo desde Miami. Acepté rápidamente la invitación de la Fórmula 2 para volver a Spa, estoy feliz por ver a la gente del paddock de nuevo pero sé que será un fin de semana triste para mi. Aún me cuesta hablar de él por todo lo que recuerdo, debo agradecer a la familia de Anthoine su preocupación por mi recuperación. Quiero homenajear su memoria y poder así cerrar un capítulo y mirar hacia adelante.
