El piloto colombiano de 41 años reapareció el pasado fin de semana en la IndyCar y lo hizo de forma destacada en la clasificación, ya que accedió al Fast Six, en tanto en carrera finalizó en el décimo lugar. Para Montoya, quien estará al volante del Penske Chevrolet número 22 en las 500 Millas de Indianápolis, el retorno a la serie fue muy divertido y le sirvió de preparación. Advirtió que para la gran cita norteamericana, su enfoque será muy diferente ya que al no disputar el campeonato, ha permanecido concentrado en ganar por tercera ocasión la carrera.
A pesar de ceder su puesto a tiempo completo en el poderoso equipo Penske, donde estuvo las últimas tres temporadas, Montoya fue inscrito para correr en las dos fechas de Indianápolis lo que sin duda concede un valor agregado a la carrera ya que el colombiano goza de gran popularidad en territorio americano y además exhibe grandes credenciales. Hasta ahora ha ganado carreras en todas las categorías donde ha participado y a pesar de estar retirado de los campeonatos, a principio de año se impuso en la Race of Champions celebrada en Miami.
La adición de Montoya en Penske para las 500 Millas de Indianápolis fortalece la alineación más temible del campeonato. El colombiano ha ganado dos ediciones de la carrera en tanto Hélio Castroneves se ha impuesto en tres ocasiones. Montoya, Will Power y Simon Pagenaud han sido campeones de la IndyCar, mientras Josef Newgarden, quien debutó este año con el equipo ya ganó en Alabama y está ubicado en el tercer lugar en la lucha por el título. Interesante resulta el hecho de que Montoya haya estado fuera de los circuitos durante seis meses y a su regreso todavía mantenga un gran nivel de competitividad, aunque más impresionante resulta el hecho de ganar las 500 Millas de Indianápolis por segunda ocasión quince años después de la primera.
Es divertido, es bueno estar de regreso. Cualquier cosa que hagamos, las vueltas, estrategias y paradas en los pits serán buenas para las 500. Estoy en un equipo experimentado, pero igual tenemos la presión de no cometer errores durante la carrera. Además, realmente tuve que regresar porque sentía que el ambiente era demasiado tranquilo y serio en el equipo sin mí.
Vía | Indycar
