Lo consiguieron. Parecía prácticamente imposible sacar una emoción, una mueca, un gesto más allá de esa media sonrisa que siempre lo acompaña y de ese baile junto a Jonne Halttunen que se marcó sobre el techo del Toyota GR Yaris Rally1 cuando finalmente consiguió certificar el título Mundial que tanto ha perseguido durante esta temporada. No pudo repetir en Catalunya este pasado fin de semana, pero el historial de Kalle Rovanperä esta temporada 2022 implica haber conseguido los triunfos en Suecia, Croacia, Portugal, Safari, Estonia y finalmente, Nueva Zelanda.
El finés se fundió en un sentido abrazo con su padre, Harri Rovanperä, cuando llegó a cruzar la meta y supo que acababa de hacer historia. El Campeón del Mundo de Rallyes más joven del más de medio siglo de existencia del WRC, superando holgadamente los registros que en su momento establecieron mitos de las cuatro ruedas como fueron en este caso Colin McRae, Juha Kankkunen o Carlos Sainz.
Si bien Harri rompió en lágrimas (no era la primera vez que las derramaba como padre orgullos de su hijo), había costado mucho ver a Kalle mostrar sus sentimientos, algo que han logrado finalmente los responsables de las retransmisiones oficiales del WRC cuando le han mostrado al joven finlandés volador un vídeo en el que su progenitor le ha narrado su especial ‘carta abierta’ después de conseguir cerrar la victoria intercontinental.
Se recuerdan los momentos felices, los duros, los primeros volantazos de un Kalle que empezó muy pronto a masticar esa velocidad en un coche de rallyes y en condiciones difíciles. Esas tardes sin tener que seguir un programa, sin obligaciones, simplemente por diversión. Sus detractores quizás se mantienen completamente ajenos a ese esfuerzo continuado durante estos años, a como ese talento le ha permitido acortar los tempos necesarios para ser referencia en la disciplina, pero evidentemente no ha dejado a nadie indiferente.
El recuerdo al apoyo de su familia termina por hacer brotar de sus ojos esas lágrimas, las cual inevitablemente tiene que secar con sus manos cuando cree que nadie lo ve, que las cámaras han terminado de grabar. Enhorabuena una vez más por el título Kalle, que nadie te quite los recuerdos del trabajo que te ha costado para llegar hasta él.
