Están siendo unas semanas de confinamiento en familia para muchos y el caso de Ken Block no ha sido distinto. El estadounidense, que tenía planeado un año en el que volvería a repetir un calendario con pruebas sueltas, también vería inevitablemente su programa alterado (el Rally Isla de Barbados ha sido pospuesto), aunque ha sobrellevado este parón disfrutando con los suyos y especialmente con sus hijos. Mientras que otros padreas han enseñado a sus hijos a hacer bizcochos u otras recetas de rechupete, en el caso de Block, todo un experto en donuts, ha sido el momento de mostrarle a su hija mayor de trece años a cómo se cocinan unos exquisitos ceros.
No es para menos. La familia Block rezuma gasolina por todos sus poros y si la esposa de Ken también se ha dejado ver en competiciones de rallyes, los hijos ya saben lo que ha sido rodar durante esta cuarentena su primera Gymkhana casera en las instalaciones del equipo Hoonigan. Llegaba el momento de que la primogénita se pusiera el mono ignifugo y probara a replicar los ya famosos derrapes de su padre al volante del Ford Escort Mk.II.
Y desde luego es que la paciencia y positivismo con el que Block enseña el arte de derrapar a su hija no deja de contrastar con esas clases particulares que muchos hemos vivido con nuestros progenitores, las cuales siempre terminaban con algún tipo de cabreo y con el pobre aprendiz de conductor con más dudas de las que tenía antes de empezar la clase particular. ¿Habrá relevo por parte de Lia Block cuando su padre decida dejar la competición y las Gymkhanas? Quedan unas cuantas horas de práctica hasta entonces, y si no que se lo pregunten a papá Block.
