Cuando Kimi Räikkönen se retire a finales de año tenderá una carrera menos de las que esperaba en su casillero. El finlandés no podrá disputar este fin de semana el Gran Premio de los Países Bajos después de haber dado positivo en COVID-19 en uno de los test previos al comienzo de la carrera. En su lugar estará Robert Kubica, piloto reserva del equipo Alfa Romeo Racing, regresando a un monoplaza de Fórmula 1 por primera vez desde que disputará el Gran Premio de Abu Dhabi 2019.
El comunicado apunta: «Raikkonen, de 41 años, se encuentra actualmente aislado en su hotel, y el equipo dice que no muestra síntomas y está de buen humor. El equipo le desea a Kimi una pronta recuperación«. La situación es muy compleja para Räikkönen, ya que un positivo en mitad de este ‘triplete’ de carreras significa que tendrá que dar un resultado negativo antes de poder competir en el Gran Premio de Italia la próxima semana.
A su vez, otros contratos estrechos también han sido puestos en cuarentena, entre ellos el nuevo responsable de la escudería Williams, el exjefe de Volkswagen Motosport, Jost Capito, el cual cenó anoche con el finlandés. Con este sobresalto, Räikkönen es el cuarto piloto en el último año y medio que está obligado a perderse un Gran Premio de Fórmula 1, después de Checo Pérez que no pudo competir en las dos citas de Silverstone de la temporada 2020, Lance Stroll que se saltó la carrera en Nürburgring y Lewis Hamilton, que dejó su asiento en Sakhir a George Russell.