No deja de ser curioso que en una temporada horrible de Andretti Autosport y en una estructura donde el foco está casi siempre puesto en Colton Herta y Romain Grosjean el que esté salvando los muebles para Michael Andretti sea el nuevo, Kyle Kirkwood. Pero así es, el joven estadounidense sumó en Nashville su segundo triunfo de la campaña tras el cosechado en Long Beach, en una carrera que amenazaba con ser un duro golpe para Alex Palou y donde pese a todo el catalán volvió a salir reforzado como líder de la IndyCar.
La lluvia amenazó con remover una vez más la parrilla de salida en una carrera urbana como ya ocurrió en Toronto, pero las tormentas sobre Nashville en la jornada del sábado fueron tan intensas que obligaron a una reorganización total de los horarios y para cuando al fin pudo celebrarse la sesión de clasificación de IndyCar Series la pista ya estaba seca. En estas circunstancias estándar sorprendió el debutante Linus Lundqvist, sustituto del aún renqueante Simon Pagenaud, accediendo a la segunda ronda, mientras Alex Palou cumplía llegando hasta el cuarto puesto. La pole fue para Scott McLaughlin, seguido de O’Ward y Herta.
En la salida el neozelandés mantuvo el liderato sin excesivos problemas, perdiendo Palou la cuarta posición en favor de David Malukas. Sin embargo éste perdió pronto comba y ante su falta de ritmo pasó por boxes muy pronto, como habían hecho otros ya confiando en el habitual carrusel de banderas amarillas en ‘Crashville’. Pero la bandera amarilla la terminó provocando el propio Malukas: un problema de motor sobrecalentó los soportes de su alerón trasero, que se desprendió. Y ahí llegó el momento que definió la carrera de Palou: tras 14 giros, en Ganassi consideraron que compensaba adelantar la parada… y nadie de los hombres de cabeza siguió esa estrategia.
En todo caso con algún incidente más a Palou le bastaría con parar una sola vez más para ver la bandera a cuadros. Y cuando los coches de cabeza pararon el español se situó en el liderato. Pero los incidentes nunca provocaban otra amarilla y ello fue aumentando la inquietud en torno a una estrategia aparentemente ganadora, debiendo levantar el pie Alex y centrarse en ahorrar carburante buena parte de la tarde. Por ello, no sorprendió que Kyle Kirkwood emergiera en cabeza tras las últimas paradas: a diferencia de sus compañeros Herta y Grosjean éste evitó líos y aprovechó el bajo ritmo de Palou para colocarse líder por delante de McLaughlin.
La situación se iba tornando en drama para Palou ante la inesperada ausencia de banderas amarillas y llegó un punto en el que incluso Ganassi le dijo que lo diera por perdido y corriera tanto como pudiera para preparar un ‘splash and dash’. Y cuando Palou bajó en más de dos segundos sus tiempos por vuelta llegó el milagro: accidente del hasta ese momento casi perfecto Linus Lundqvist que provocó la amarilla. Y una segunda amarilla en la resalida por efecto acordeón entre Rosenqvist, Canapino y Pedersen.
Así, a Palou sólo le quedó tener que aguantar los ataques de Josef Newgarden para anotarse un precioso podio por detrás del vencedor Kirkwood y de McLaughlin. Con ello el español aumenta hasta los 84 puntos de ventaja sobre Newgarden su renta al frente de la general, con el resto a más de 100 a falta de cuatro citas para el final del campeonato. Y la próxima será en el rutero de Indianápolis, escenario en el que tradicionalmente suele funcionar muy bien el catalán.
Foto | Andretti Autosport