El exceso de victorias de los pilotos de la Monster Energy Cup Series en sus otras dos categorías nacionales obligó a NASCAR a cerrar el coto y poner limitaciones en sus participaciones. Desde la pasada temporada, los pilotos de la Cup Series solo pueden competir en siete carreras de la Xfinity Series y en cinco de la Gander Outdoors Truck Series, hecho que Kyle Busch ha aprovechado al máximo en este comienzo de 2019. Y es que el de Las Vegas se ha quitado de un plumazo sus posibles apariciones en Trucks, participando en cinco rondas y ganando en todas ellas, con triunfos en Atlanta, Las Vegas, Martinsville y Texas previos a su quinteto en Charlotte.
Todd Gilliland y Ben Rhodes se colaron por el interior de Stewart Friesen y Matt Crafton, ocupantes de la primera fila, para liderar la primera vuelta. Busch pasó de octavo a segundo con una gran salida en los dos giros iniciales y no tardó en rebasar a su compañero Gilliland y ser líder. Natalie Decker golpeó el muro de la curva 4 y pinchó de camino a la pared de la segunda curva más adelante, generando una caution en la que Gilliland y Rhodes no cambiaron neumáticos en busca de los puntos de Stage. Los mecánicos de Busch tuvieron que echar atrás su pick-up y Crafton, Friesen y Grant Enfinger le pasaron en boxes.
Crafton pasó a Gilliland para llevarse el primer segmento por delante del #4, Enfinger, Rhodes y Ross Chastain, que lideró la parte inicial del segundo segmento junto al siempre acechante Busch que no se cansaba de ganar posiciones. Los dos habituales de la Cup Series se escaparon de los pilotos contendientes por el título de la Truck Series y no dieron opción en esa segunda división de la carrera, ganando Busch y Chastain a Enfinger, Crafton y el vigente campeón Brett Moffitt. Rhodes y Gilliland volvían al top 10 en estrategia inversa, lugar al que Johnny Sauter no podía acceder con un Ford nervioso que le hacía tocarse con Tyler Ankrum.
Busch resalió de forma sólida y la bondad de la línea exterior del líder ayudó a Moffitt a birlarle el segundo lugar a Crafton, presionándoles Friesen también desde el exterior. Codie Rohrbaugh se iba al muro de la curva 2 y acto seguido, Gus Dean rozaba la pared de la 4 mientras Angela Ruch se llevaba por delante a Korbin Forrister; tres incidentes separados que generaban dos banderas amarillas que permitían al grupo realizar una última parada para rellenar el depósito. Busch, Crafton, Friesen, Rhodes, Moffitt, Brennan Poole y Ankrum no pararon, sí que lo hicieron Chastain, Enfinger, Harrison Burton, Gilliland, Sauter y Sheldon Creed con otras ideas.
Creed quedó encerrado entre Chad Finley y Jesse Little y acabó volviendo al pit lane con daños en su frontal, a la vez que Stefan Parsons colisionaba en la curva 2. Todos los líderes entraban y Gilliland no puso gomas nuevas al parar de costado en su lugar asignado. Chastain encabezó a un grupo de seis pilotos que buscaron el milagro al no entrar en boxes con los punteros, entreteniéndose con Ankrum y Austin Hill y permitiendo pasar a Sauter y Rhodes por la línea exterior. Busch voló bajo cuando se desembarazó del gran grupo y recuperó el preciado liderato a falta de 39 vueltas para el final.
Moffitt perdió la banda de rodadura de un neumático a falta de ocho giros pero su caution no cambió el orden de un evento entretenido y al mismo tiempo dominado por Busch, que cerró la temporada perfecta. Poole tomó una excelente resalida para acabar segundo por delante de Friesen, tercero con gomas nuevas después de pelear duramente con Crafton por dicha posición. Rhodes y Crafton cerraron el top 5, Austin Hill y Gilliland pudieron aguantar arriba, Anthony Alfredo (8º) se coló por delante de Enfinger y Chastain en su mejor resultado y Sauter perjudicó a estos últimos en la resalida al quedarse sin gasolina y no poder arrancar bien.