La habitual procesión en la que se convierten las carreras de NASCAR en Pocono no fue más que un espejismo este fin de semana. El trióvalo de Pennsylvania cuenta con dos carreras muy seguidas de la Monster Energy Cup Series pero el público parece responder a dicha llamada casi inmediata y vio un evento tenso con altibajos y posiciones tensas. Nada impidió que los pilotos habituales rondaran la zona alta, ni siquiera las múltiples sanciones que se vieron en la qualy y que propiciaron la remontada de muchos pilotos, entre ellos un veloz Kyle Busch que se impuso a la mayor hambre de sus compañeros de Gibbs.
El fracaso de la sesión de clasificación, dónde hasta 13 coches fueron excluidos con irregularidades técnicas envió al fondo de la parrilla a pilotos como Kyle Busch, Kevin Harvick, Joey Logano, Clint Bowyer, Kyle Larson y Ryan Blaney. Seguía sin embargo el dominio de Toyota, reforzado por las tres primeras posiciones de Daniel Suárez, Denny Hamlin y Erik Jones. Brad Keselowski y Chase Elliott se iban con los líderes, que además se atacaban entre ellos. Harvick y Kyle Busch son dos de los pilotos más ganadores esta temporada y en apenas una vuelta pasaron del top 30 al top 20 a pesar de afrontar distintos 3-wide y paralelos con coches más lentos; llegaron al top 10 en diez giros.
Precisamente fue Harvick el que abrió la ventana de paradas bajo bandera verde. Jamie McMurray (penalizado por pasarse de velocidad en el pit lane), Kurt Busch, Johnson y Chris Buescher alargaron sus detenciones sin demasiado éxito cerca del final del primer segmento, en el que Elliott adelantó por el liderato a un Hamlin que había dejado atrás a Suárez y se veía presionado por el mexicano y Harvick. La estrategia juega un papel clave en Pocono y varios pilotos sacrifican puntos de Stage para hacer otra parada y salir mejor al segundo segmento; solo Jones y Martin Truex Jr. pararon en la zona alta. Elliott ganó el primer segmento escapado de Harvick, Hamlin, Kyle Busch y Suárez.
Kurt Busch puso dos neumáticos y añadió una nueva variante estratégica a la carrera liderada por Jones. Truex perdió dos posiciones por el interior lento ante Elliott y Harvick, que usaba el cambio de marchas opcional para ejecutar su ritmo letal y ponerse líder en dos ataques preparados. Era Harvick primero en la primera mitad de carrera, demostración de su gran temporada y del ritmo imbatible de los coches y equipos más potentes. Elliott, Truex, Jones, Kyle Busch y Logano intentaron responder a la rapidez del líder equipando gomas nuevas, yendo a su vez Harvick al pit lane para cubrirse de las detenciones ajenas.
Corey LaJoie se fue al muro de la curva 3 y todos los pilotos que no habían parado entraron a boxes, despejando Suárez, Keselowski, McMurray, Blaney, Paul Menard y Kasey Kahne el camino a Harvick, Elliott, Kyle Busch y compañía. Regresó de nuevo la variante estratégica de la gasolina y el sacrificio de puntos, en esta ocasión con mayor intensidad al entrar en boxes Kyle Busch, Jones, Hamlin, Truex, Suárez y Aric Almirola. Los Toyota buscaron su tranquilidad para liderar más tarde, dejando a Harvick la victoria del segundo segmento. Le siguieron Elliott, Bowyer, Alex Bowman y Larson.
William Byron no se detuvo en ningunas de las oportunidades de las que dispuso y lideró un poco al comienzo de la parte decisiva, antes de ser rebasado por el trío de Kyle Busch, Suárez y Jones. Kurt Busch pinchó un neumático y evitó el muro de la curva 1 con dicho daño, pero no se salvó de entrar al pit lane para cambiar la goma. Peor le fue a Keselowski, que pinchó en la curva 2 en paralelo con Johnson y estuvo a punto de llevarse por delante al heptacampeón, yendo al muro y provocando una caution que resolvería la cuestión del repostaje. Harvick y Almirola tuvieron que parar una segunda vez después de tocarse en boxes al salir de sus respectivas paradas, resaliendo ambos en la cola del pelotón.
Landon Cassill reventó el motor de su Chevrolet y dio paso a otra caution solo cuatro segundos después de la bandera verde, forzando además la limpieza de su aceite por todo el circuito. Kasey Kahne bloqueó el camino de Hamlin, Byron, Bowman, Larson y Logano y un grupo de 15 coches con sus dos neumáticos útiles y ayudó a la fuga del cuarteto delantero en Kyle Busch, Suárez, Elliott y Jones. Intentaba el mexicano seguir el ritmo de su compañero y lo conseguía en parte, aunque su verdadero objetivo era obtener la victoria que le aupase al play-off. Logano y Larson chocaron en la curva 2, quedando dañado el Penske y obligando a su frustrado pilotos a perder una vuelta en reparaciones.
Parecía calmado el final con los dos segundos de ventaja que tenía Kyle Busch sobre Suárez y la segunda remontada progresiva de Harvick, noveno tras resalir 28º. Pero Darrell Wallace Jr. sufrió un fuerte accidente en la primera curva y su golpe dejó muchos restos en pista, saliendo así la bandera roja. Varios pilotos montaron gomas nuevas en busca de la mejora a falta de tres vueltas, trompeando Almirola en la curva 1 en la penúltima vuelta al intentar pasar en un choque entre Ricky Stenhouse Jr. y David Ragan. En el mismo escenario se tocaron los dos Ganassi, pinchando McMurray en un 3-wide con Larson y Michael McDowell.
Suárez resalió mejor que Kyle Busch en el Overtime pero Jones se puso al lado del mexicano y le perjudicó en la entrada a la primera curva, acabando ahí la pelea por el triunfo. Busch se llevó su sexta victoria de la temporada por delante de Suárez, un hábil Bowman, Harvick y Jones. Byron finalizó sexto y completó una buena carrera, siendo junto a Kyle Busch y Harvick el único de los penalizados en qualy en finalizar en el top 10. Elliott y Hamlin se perdieron en las resalidas finales, quedando entre el bien colocado Ryan Newman y de otros remontables como Bowyer, Blaney y Austin Dillon. Larson, Almirola y Logano fueron los grandes perjudicados.