En una entretenida carrera por las calles de Long Beach, Kyle Kirkwood devolvió la sonrisa a Michael Andretti, quien confió en él para concederle el monoplaza que hasta el año pasado le pertenecía al experimentado Alexander Rossi. En apenas su tercera presentación esta temporada, y la número veinte de su carrera, el joven piloto logró imponerse dejando una grata impresión al desplazarse con soltura por un trazado donde veteranos como Hélio Castroneves y Scott Dixon sufrieron accidentes. Kirkwood salió desde la pole y lideró 53 de las 85 vueltas programadas, retomando la delantera en la Vuelta 56 y dirigiéndose hacia la meta siendo escoltado por su compañero Romain Grosjean.
El piloto francés permanece en la búsqueda de su primera victoria en la IndyCar y en esta ocasión evitó arriesgar más de lo debido, no solamente debido a que Kirkwood es su compañero, sino que también tuvo que ahorrar combustible durante el último tercio de la carrera, situación que también padeció Josef Newgarden, al entrar a boxes dos vueltas antes que la mayoría de los que lideraban el evento. El piloto de Penske comandó buena parte del segundo tercio, pero con su estrategia comprometió todas sus opciones, de aspirar a subir al podio ya que apenas le alcanzó para finalizar noveno con su tanque casi vacío.
Marcus Ericsson finalizó en tercera posición y resultó de los animadores de la carrera. El sueco lo intentó, pero no pudo cazar a los pilotos de Andretti. Sin embargo, este tercer lugar le otorga los puntos necesarios para encabezar la tabla de pilotos a estas alturas de la temporada. Detrás del monoplaza de Ganassi culminó Colton Herta, así que Andretti colocó tres de los suyos entre los cuatro mejores de la jornada. Herta también se lució durante varios pasajes de este fecha, demostrando que es de los mejores en circuitos callejeros. El cuadro de los cinco mejores lo completó Álex Palou, el español sigue mostrando muy buena forma en la IndyCar y en base a su regularidad continúa sumando valiosos puntos. marcha tercero en el campeonato, acechando el segundo lugar Patricio O’Ward, quien cometió un costoso error en esta carrera.
Otro punto destacado, aunque un tanto anecdótico, fue observar al novato Agustín Canapino en la posición de líder durante un breve tiempo. El argentino se quedó afuera durante una etapa de bandera amarilla, así que estaba en primer lugar cuando se decretó el reinicio, pero de inmediato fue superado por varios pilotos que mostraban un ritmo superior. Así que Canapino se transformó en un tapón y en un circuito como el de Long Beach originó algunos inconvenientes. El piloto de Juncos se retiró al poco tiempo y con ello dejó de ser el mejor rookie de la temporada, privilegio que ahora exhibe Marcus Armstrong, quien finalizó octavo en la carrera.
Hablando de Kirkwood, se debe indicar que antes de llegar a la IndyCar fue campeón de la USF2000, la USF Pro 2000 y la INDY NXT Firestone, la ex Indy Lights, en años consecutivos. Pero su debut en la serie no fue tan convincente, debido a una temporada muy accidentada de su parte y al respaldo que le concedió A.J. Foyt Racing y aunque sus primeras carreras con Andretti tampoco fueron para destacar, sobre todo por padecer problemas mecánicos, en esta ocasión pudo devolver al monoplaza número 27 a la cima lo que también le ha valido para pegar un gran salto en la tabla de pilotos, del puesto 20 al 5. Se espera mucho más de este piloto de 24 años oriundo de Florida.
En palabras de Kyle Kirkwood:
Esto es increíble. Es el día más tranquilo que he tenido en dos años y es un triunfo. Yo estaba tan feliz con la pole de ayer, pero estoy en la luna ahora mismo. Esto es increíble para todo el equipo. Tuvimos un gran día para todo el equipo Andretti Autosport.
Vía IndyCar
