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Kyle Larson ante lo que pudo ser y no fue

Completar el Double Duty no resulta tarea sencilla, de allí que Kyle Larson pasó alrededor de ocho meses preparándose para afrontar las 500 Millas de Indianápolis y la Coca Cola 600 de manera tal que pensó que podría lograr grandes resultados en ambos eventos y más cuando clasificó quinto en la carrera de monoplazas y décimo en la de stock cars. La logística estaba lista, el personal, los equipos, todo parecía perfectamente coordinado para lograr la proeza, pero lamentablemente no contaban en sus previsiones con el mal tiempo, la lluvia se presentó en ambos circuitos y arruinó los planes de Larson, quien también cometió un costoso error en pista que sentenció su domingo.

Larson esperó durante cuatro horas para que iniciara las 500 Millas de Indianápolis, demora que sin duda afectaría la logística para viajar a Charlotte tras la carrera. Una vez que comenzó la Indy 500 con el monoplaza número 17 de Arrow McLaren, el novato Larson pudo mantener el ritmo durante la primera mitad, acompañando a los líderes en la parte alta de la tabla, rodando siempre entre los diez mejores. Hasta la vuelta 131 todo iba bien, las ilusiones seguían en pie y se esperaba que la estrategia le colocara en posiciones de privilegio, tal como el equipo había hecho con sus compañeros Patricio O’Ward y Alexander Rossi, pero un exceso de velocidad entrando a los pits fue el detonante para arruinar todo.

Larson fue penalizado por su error, así que fue obligado a entrar nuevamente a boxes para cumplir con el castigo, lo que se tradujo en perder una vuelta y al final pudo completar la distancia finalizando en el puesto 18, ni siquiera quedó el consuelo de ser el mejor novato en meta ya que tal privilegio recayó en Christian Rasmussen, quien finalizó en el puesto 12 con el monoplaza 33 de Ed Carpenter Racing. Quedaría como anécdota que Larson llegó a liderar cuatro vueltas, cuando el grupo que aspiraba a la victoria entro a pits. Una vez que se bajó del monoplaza salió de Indianápolis en helicóptero para posteriormente abordar un avión que le llevaría a Charlotte para al menos intentar completar el Double Duty.

Mientras tanto, ante la demora de Larson, Hendrick Motorsport confió el Camaro número 5 al piloto Justin Allgaier, quien cedería su lugar a Larson una vez que llegara al circuito, lo que se puede hacer en la NASCAR debido a que el inscrito es el coche y no el piloto. Larson desembarcó en el circuito de Charlotte al momento que se habían disputado 249 de las 400 vueltas pautadas, pero cuando el equipo se disponía a realizar el cambio, se presentó una lluvia torrencial que obligó a la organización a suspender la carrera y declarar ganador a Christopher Bell, con Allgaier finalizando en el puesto trece.

A través de sus redes sociales, Larson comunicó su decepción ante lo ocurrido, por supuesto haciendo énfasis en lo entusiasmado que estaba por realizar el Double Duty y cómo reultó todo al final.

En palabras de Kyle Larson:

Lo que pensé que podría ser uno de los mejores días de mi vida rápidamente se convirtió en uno de los más decepcionantes que jamás haya experimentado. Lo siento por Rick Hendrick, Jeff Gordon, Hendrick Motorsports, todos los que forman parte del equipo 5, todos los que están en el 17 de la Indycar, mi familia, mis amigos, mis fanáticos y el equipo documental que me ha seguido a lo largo del viaje. En los últimos 8 meses se invirtió tanto tiempo, dinero y esfuerzo en esta experiencia y me mata que todo termine como terminó. Sabíamos desde el principio que el clima podía arruinar las cosas, pero verlo hecho realidad es un sentimiento horrible.

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Humberto Gutiérrez

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