La Fórmula 1 es el paraíso teórico del talento y la velocidad, el campeonato rápido que todos los pilotos quieren alcanzar y un muro infranqueable si no hay velocidad pura, apoyos económicos, respaldo de un equipo o una combinación de los tres hechos. Siempre acompañada en sus Grandes Premios, el poco espacio que dejan las carreras europeas es a veces aprovechado por una ausencia, generalmente de la Porsche Supercup. Renault organizó dos carreras «All-Star» como teloneras de los GP de Francia y Alemania durante 2019, escenario en que los mejores demostraron su empuje ante un gran público al volante del pequeño coche galo.
El protagonista de ambos eventos fue Jack Young, inglés de 17 años que arrasó a la competencia. Dejó el karting con 13 años y descansó un par de temporadas, antes de ganar su primer campeonato de vuelta (la Clio Cup Junior) con 15 años. Campeón de la Clio británica 2019 y ya con varios pasos de camino al mundo TCR, Young ya conocía un Paul Ricard dónde se proclamó campeón de las Finales Internacionales en noviembre de 2018. Lo define como un circuito rápido, «a diferencia de los trazados lentos y llanos que tenemos en el Reino Unido». MRM Racing ha sido su hogar durante tres años y en Francia contaron con el apoyo del conocido grupo Eddie Stobart.
El doble triunfo en Francia por más de 20 segundos en ambas citas se vio añadido por dos actuaciones estelares en Alemania. «No esperaba ganar y menos por tanto margen, hacerlo como teloneros de la F1 es increíble; la gente se aproxima, aprecia tu trabajo, te felicita… es un sentimiento abrumador». Sin embargo se encuentra en una dicotomía nada apetecible: la Clio británica dejará de formar parte del pack del BTCC en 2020 e intercambiará su lugar con la Mini Challenge. «No hemos concretado nada. Me gustaría correr el WTCR o un certamen internacional«, aclara un Young que no se ve compitiendo en su país. «No querría estar en el BTCC si no es con el equipo adecuado, que permita luchar por victorias y alejarse de la parte trasera de la parrilla».
De edad y situación similar se encuentra Albert Legutko, de 20 años y nacionalidad variable. Nacido en Zielona Góra (Polonia), ha vivido buena parte de su vida en la cercana Alemania y ahora estudia en la Warwick University. «Corro con licencia alemana, aunque algunos documentos se confunden a veces (risas)», dice antes de pensar en varios de los circuitos en los que ha competido, como el único adecuado en Polonia (Poznan), Zandvoort, Most, Slovakiaring y Grados 1 como Monza y Spa. 2019 ha sido su tercera temporada en el mundo de los Clio y anteriormente compitió en otras categorías de turismo tras los obligados (en su caso cuatro) años de karting.
«Vine a las Finales de 2018 en Paul Ricard pero este fin de semana es distinto, ser teloneros de la F1, competir un mismo fin de semana y estar en el mismo pit lane es excepcional». Legutko no pudo ir a la cita de Hockenheim al concentrar su presupuesto en el campeonato Clio de la Europa Central, del que fue subcampeón en 2018 con un equipo familiar. «Mi padre se ocupa del coche, mi madre y hermana vinieron al fin de semana con la F1. Intentamos demostrar que no se necesita una gran inversión mucho personal para llegar a lo más alto. Es difícil estudiar en Inglaterra y competir en la Europa continental, pero por ahora se puede», explica Legutko.
El simulador es un elemento importante que usa poco al tenerlo en Alemania y vivir en las Islas británicas, «intento usarlo para memorizar el circuito más rápido». En la universidad ha conocido a algunos pilotos con los que había competido en karting y otros de los que no se acordaba, y todos tienen el mismo objetivo que el polaco-alemán: ser pilotos profesionales, no importa dónde. La mayoría de los jóvenes sueñan con llegar a la Fórmula 1 a la que acompañaron los Clio europeos, aunque Legutko prefiere pensar en el ejemplo que supone Robert Kubica en su país que en alcanzar un campeonato «poco probable» debido a las restricciones monetarias.