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La combinación perfecta: así suena en 2020 el Peugeot 207 de rallyes con motor V6 de Fórmula Renault

Hace unos años recordaréis que os hablamos de la historia del “coche fabricado por un granjero que puso en jaque a los WRC”, en el que fue sin duda uno de nuestros artículos más virales. Andrew Burton había decidido preparar un Peugeot 306 de forma artesanal en su granero y montarle un motor V6 Cosworth de 2.9 litros proveniente del mundo de las carreras de turismos en lo que fue toda una demostración del automovilismo más puro y analógico en la época tecnológica de los World Rally Cars.

Aunque no es habitual que se vean este tipo de swaps en la competición, no ha sido la única historia curiosa que nos hemos encontrado durante los últimos años de este tipo. Sin ir más lejos, el piloto Alex Kelsey se ha convertido no solo en otro ejemplo perfectamente válido de que se pueden utilizar motores inusuales para animar este tipo de vehículos, sino que también fue una de esas demostraciones de superación, de cómo un joven disléxico fue capaz de con los medios necesarios crear un prototipo con motor de Fórmula Renault capaz de atronar y sorprender al mundo.

Ha pasado un lustro desde que os contáramos la historia de este joven neozelandés, pero lo cierto es que sigue dando guerra con su MC2, aunque ahora centrado en las populares subidas que se disputan en el país kiwi, las mismas en las que hemos visto competir durante los últimos años a nombres tan destacados como los de Alister McRae con un Subaru Impreza puesto hasta arriba de esteroides mecánicos y al piloto local Hayden Paddon con su Hyundai i20 digno de competir en la Subida Internacional a Pikes Peak.

Kelsey ha seguido mejorando el manejo de su Peugeot 207 con motor de Fórmula Renault 3.5 V6, hasta el punto de que ha logrado un conjunto muy competitivo, preparado incluso para plantar cara a las otras bestias que compiten dentro de la disciplina con un comportamiento que recuerda mucho al de las barquetas a pesar de ser un coche mucho más corto de vías y con el centro de gravedad más alto. El sonido atmosférico soplando a pleno pulmón es sin lugar a dudas una de esas experiencias que echaríamos de menos en un mundo en el que solo encontremos vehículos eléctricos… ese y el ronquido de un bloque V8 o el de una moto de 1.000 cc pasando al corte. ¡Ay! Qué nostálgicos nos ponen las cuarentenas.

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Iván Fernández

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