ESPACIOS
COMPETICIÓN
Cerrar CERRAR
Competición

7 MIN

La estrategia nos vuelve a engañar. Crónica del GP de Australia 2018

Hace un año titulé la crónica del Gran Premio de Australia de esta forma, «Que la estrategia no tape el ritmo». No me apetecía repetirme, pero las sensaciones doce meses después vuelven a ser muy similares. De nuevo Sebastian Vettel se subió a lo más alto del podio de Albert Park. De nuevo Lewis Hamilton y Mercedes fueron los grandes derrotados. Y una vez más la estrategia y la toma de decisiones bajo presión tuvieron un papel clave que favoreció a Ferrari en lugar de a los grandes dominadores de esta era. De ahí a sacar conclusiones para toda la temporada va un trecho.

En este caso quien puso a Lewis Hamilton bajo presión no fue Sebastian Vettel sino Kimi Räikkönen. Una salida limpia no sólo impidió que Max Verstappen pudiera incordiar a los pilotos de Ferrari, además éste quedó encajonado en el interior de la primera curva y vio cómo Kevin Magnussen le superaba por el exterior para situarse cuarto con su Haas. Y tras la estela del piloto danés Verstappen achicharró sus neumáticos superblandos. Lo que el sábado parecía una jugada maestra de Red Bull se tornó en pesadilla hasta el punto de ver al neerlandés protagonizar un trompo. Salvó la derrapada en dos ocasiones, pero a la tercera se hundió en el pelotón.

Mientras por detrás veíamos a Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas tratar de remontar tras sus respectivas sanciones, en cabeza de carrera se instalaba una calma tensa, con los dos coches de Maranello buscando controlar distancias para tratar de asaltar el liderato cuando llegaran las paradas. Con Kimi Räikkönen se inició el baile. Pese a montar el compuesto blando (el más duro disponible), el finlandés marcó sectores morados al salir a pista y obligó a Mercedes a llamar a Lewis Hamilton y montar el mismo compuesto. Viendo las elecciones de juegos de cada piloto se puede imaginar que ello no entraba en los planes del británico, pero ante el fracaso de Red Bull con los superblandos y la adelantada parada de Räikkönen poco margen de maniobra les quedó. Y Sebastian Vettel se puso líder.

Llegados a ese punto se creía que quizá el alemán terminaría realizando labor de equipo y taponando a Lewis Hamilton. Su momento vendría mucho más tarde, dependiendo de cuándo parara. Pero todo se precipitó. Haas tiró por la borda un magnífico resultado al sufrir problemas con las tuercas en las paradas en boxes de sus dos coches. El de Romain Grosjean quedó tirado tras la curva dos. Ello obligaba a un periodo de Virtual Safety Car. Las puertas del triunfo quedaban abiertas de par en par ante Sebastian Vettel, que paró de forma prácticamente gratuita. A igualdad de compuesto, menos vueltas en sus neumáticos y un ritmo bastante similar por más que lo intentó Lewis Hamilton jamás hubo la más remota posibilidad de perder este triunfo.

¿Podía haber hecho algo más Mercedes? Desde luego calcularon mal el colchón de Sebastian Vettel en caso de Virtual Safety Car, pero el propio periodo de VSC y posterior Safety Car no son algo que esté bajo el control del equipo alemán. Sí extraña más que por radio aparentemente Lewis Hamilton no entendiera lo que había sucedido. El único cambio hubiera podido ser que Mercedes volviera a llamar al británico para montar ultrablandos de nuevo, pero eso hubiera supuesto posiblemente perder posición también con Kimi Räikkönen sin la certeza de lograr adelantar en una pista complicada y sin una enorme diferencia de velocidad. Lo hemos visto en el pasado y se corrobora: en tráfico Mercedes es menos Mercedes. Y aunque lo dio todo el campeón del mundo, llegando a pisar la hierba cuando perseguía a Vettel, tuvo que conformarse con el segundo puesto. Más o menos lo mismo que le ocurrió a Daniel Ricciardo en la lucha por el tercer escalón del podio. El Safety Car y el abandono de los Haas le dieron vida al australiano, pero jamás tuvo opción de adelantar a Kimi Räikkönen. Aún así el cuarto puesto sabe a gloria tras la absurda sanción del viernes y el error de su compañero de equipo.

El otro gran beneficiado por el Virtual Safety Car fue Fernando Alonso. El asturiano sólo pareció capaz de progresar en los primeros compases de la carrera, llegando a meter morro a Carlos Sainz, a quien superó vueltas más tarde tras una pequeña excursión del madrileño. Pero al retrasar McLaren sus paradas en boxes pudo beneficiarse del Virtual Safety Car. Y por una décima Max Verstappen se vio obligado a entregarle la quinta plaza. El quinto constitucional lo llaman. A igualdad de motor, en una pista que no permite grandes alegría y con Fernando Alonso al volante de un coche que le permite luchar, esa posición no se le escapó. La primera en la frente. ¿Siguen McLaren y Alonso muy lejos de lo que esos nombres nos evocan? Por supuesto, les queda muchísimo trabajo por delante, sigue sin ser ‘admisible’ verles por detrás de Red Bull, Haas o Renault. Pero necesitaban esto también de una vez. El abandono por rotura mecánica de Pierre Gasly y Toro Rosso supongo que no hace sino reafirmar esa posición, pero aún queda mucho por delante.

En todo caso nos deberíamos divertir. Lo lógico es que Haas vaya para atrás a medida que avance la temporada. Y Force India, aquí prácticamente desaparecidos, suele evolucionar bien. Hablamos de ocho coches para cuatro puestos en los puntos siempre y cuando no fallen los tres equipos de cabeza. Probablemente de ahí sobresalgan quienes disponen de los mejores pilotos. Y Renault tiene una pareja joven pero de plenas garantías. En Australia Nico Hülkenberg acabó séptimo, aguantando durante las últimas vueltas por delante de Valtteri Bottas y Carlos Sainz aguantó pese a sus náuseas para sumar un punto, por detrás de Stoffel Vandoorne. Sabiendo que aún tienen más en la recámara no es tan mal resultado para empezar.

Fuera de los puntos quizá lo más destacado sea el debut de Charles Leclerc. Un 13º puesto no hace a nadie volverse loco, pero tras una pretemporada discretísima por parte de Sauber y en su debut el monegasco logró no sólo evitar el último puesto sino además superar al Williams de Lance Stroll. Desde luego su oportunidad llegará en carreras más locas, pero se le ve capaz de cumplir con las expectativas generadas en Fórmula 2 y Fórmula 3.

¿Tenemos Mundial? Es demasiado pronto para decirlo. Desde luego lo de hoy debe ser relativizado para no llevarnos una decepción más adelante. Pero está claro que si Ferrari logra seguir el ritmo de Mercedes, aunque no llegue jamás a tener un coche más rápido, podrá ponerles en presión.

Foto | Daimler y Ferrari

Dame tu opinión sobre este artículo

Ni fu, ni fa
Me ha gustado
¡Muy bueno!

Eloy Entrambasaguas

Seguir leyendo...

Cargando...