El próximo 12 de octubre en la reunión del Consejo Mundial del Motor se empezará a diseñar el nuevo Mundial de Rallyes. Los responsables de la sección de rallyes de la FIA y el promotor del WRC están tratando de rebajar los costes de un campeonato que ha encontrado la estabilidad con la llegada de los nuevos coches, pero que sin embargo está viendo como el aumento de los costes se está disparando, especialmente en materia de desarrollo y de test, algo que está obviamente dificultando las intenciones de Oliver Ciesla y los suyos de hacer un calendario más global y con mayor número de citas por temporada.
Con la llegada de Chile y Japón se espera que una de las pruebas europeas caiga irremediablemente del calendario de 2019, un movimiento que aun así no alivia los elevados presupuestos de los fabricantes y del resto de estructuras privadas que han aceptado el reto de unirse a esta aventura. Algunos de los ajustes que se llevarán a cabo se centrarán especialmente en el grupo humano que acompaña al WRC en todas las citas, reduciendo los mecánicos autorizados a trabajar en los coches durante la prueba, pasando de 12 a 9 en el caso de formaciones con tres coches y de 8 a 6 en el caso de estructuras con solo dos vehículos. En cuanto a los días de test, se espera que sean reducidos de los 55 actuales a los 42, algo que dará un pequeño respiro a los pilotos que ya pasan en la actualidad más de 200 días fuera de casa.
Quizás uno de los movimientos más delicados venga de la mano de la propuesta que reduciría el número total de kilómetros competitivos que puede tener una cita del Mundial de Rallyes. Actualmente esta cifra se sitúa en los 500 kilómetros de especiales, algo que se espera que se vea reducido para establecer un nuevo techo de 350 km cronometrados, manteniéndose el mínimo en 300 km. En términos objetivos, prácticamente ninguna de las citas del WRC se sitúa por encima de los 350 km de tramos, siendo la más destacada el Rallye de Monte-Carlo, la cual llegó a 388 en la edición de este año. Sin embargo, sí tendrá un importante impacto a la hora de darle cierta libertad a los organizadores a la hora de diseñar sus itinerarios.
Tal y como revela la información de Rallye-Magazin, se esperan nuevas medidas también dentro del marco deportivo, buscando seguir el ejemplo de la Fórmula 1 o Moto GP al asociar a cada piloto a un dorsal salvo el coche del campeón, el cual seguirá utilizando el #1 en sus puertas. No será una novedad ya que el Mundial de Rallyes ya ha hecho en el pasado excepciones con pilotos como Valentino Rossi o Ken Block que están asociados al #46 y #43 respectivamente.
Dentro de la fiabilidad, se controlará especialmente los abandonos antes de completar una prueba que permiten introducir un motor nuevo para el siguiente evento, algo que por ejemplo sucedió con la retirada por motivos mecánicos de Sébastien Ogier en el pasado Rally de Portugal cuando se dirigía del último tramo hacia el parque de asistencia para la asistencia previa al podio. La prueba lusa también sentó un precedente respecto a los neumáticos mínimos con los que puede comenzar un piloto una prueba competitiva, ahora deberán contar con las cuatro ruedas. Como ya dijimos en su momento, a la FIA no le gustó nada la imagen de Meeke haciendo la superespecial de Oporto con una llanta echando chispas.
Vía | Rallye-Magazin