El Mundial de Resistencia ha sido uno de los motivos de discusión durante la reunión celebrada el pasado 18 de enero por la FIA. En concreto, el WEC estrenará una nueva categoría, denominada LMGTE, con el objetivo de unificar los nombres y continuar la escala lógica empezada con los LMP1 y LMP2. Tanto la categoría reina entre los prototipos como la de los GT’s, tendrán nuevo límite de neumáticos disponibles por evento, más bajo, con el objetivo de reducir los costes al máximo en esta área.
Aunque sin duda, el punto más interesante es el último. La Federación Internacional de Automovilismo promete estudiar nuevas excepciones técnicas (permitir el uso de DRS, tanques de combustible más grandes o permitir alerones más grandes…) para nuevos fabricantes en la categoría LMP1 Hybrid con el objetivo de volver a llenar la lista de equipos, la cual ha quedado algo desangelada tras el fallido proyecto de Nissan y tras la confirmación por parte de Audi Sport de su abandono del campeonato al final de la temporada 2016. La pregunta que me viene a la cabeza es, ¿necesita alguna señal más Peugeot Sport para iniciar el proceso de regreso a Le Mans?
En cuanto a los límites de test, la FIA aclaró esta misma semana que los equipos de LMP1 disponen de 7 días para hacer test a puerta cerrada y otros 33 para realizar pruebas privadas ‘abiertas’, en lo que se incluía el Test Day Previo a las 24 Horas de Le Mans, el Rookie Test y el Prologo que este año se celebrará en Monza. En el caso de los equipos que decidan entrar, las diferencias son claras: 20 días de test a puerta cerrada permitidos como venía sucediendo hasta el momento.
Sin conocer otras discusiones técnicas llevadas a cabo en dicha reunión del Consejo Mundial del Motor, posiblemente el otro gran cambio dentro del reglamento deportivo es la limitación a los pilotos en carreras en las que se supere los 32 grados de temperatura ambiente. En estos casos, los participantes no podrán superar los 80 minutos conduciendo en su tanda.