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La Fórmula 1 sigue confiando en los coches clásicos y sacará un Honda RA300 de 1967 en Monza

Este fin de semana y con motivo del vigésimo quinto aniversario de la primera victoria de Michael Schumacher en la Fórmula 1, su hijo Mick rodará con el Benetton B194 con el que el siete veces campeón del mundo logró su primer título en 1994. Aún no ha llegado el día y el público ya ha respondido con ingentes dosis de anticipación. Parece que a Liberty Media le ha convencido la idea de sacar a pasear coches clásicos durante fines de semana de carrera -no es la primera vez este año; varios coches de Le Mans estuvieron en el Red Bull Ring- y Monza tendrá su propia dosis de historia con motivo del Gran Premio de Italia. Este septiembre se cumplen cincuenta años de la última victoria de la primera era de Honda en la categoría reina y para celebrarlo, el mismísimo RA300 rodará en Monza.

La historia es doblemente emocionante puesto que dicha última victoria de un Honda -coche entero, no solo motor- llegó de la mano del propio RA300 en el Gran Premio de Italia de 1967 tras un duelo emocionante entre John Surtees y Jack Brabham. El primero, piloto de Honda ese mismo año y en 1968, logró emocionar a los japoneses con su segunda y última victoria en el campeonato tras lograr Richie Ginther imponerse en el Gran Premio de México de 1965. En realidad, el Honda RA300 no era exactamente un coche plenamente japonés ya que el chasis fue desarrollado por Lola basándose en el T90 de Indianápolis, lo que llevó al coche a ser conocido por el sobrenombre de «Hondola».

Inicialmente el RA300 debía comenzar la temporada de 1967 pero no estuvo listo hasta Italia, obligando a la marca japonesa a competir con el RA273 de la temporada anterior en las ocho primeras carreras. La novena cita del año era el Gran Premio de Italia y el nuevo Honda ganó en su debut antes de retirarse con problemas en el alternador en Estados Unidos y ser cuarto en México. Curiosamente, el Honda RA300 solo tomó parte en la primera cita de la temporada de 1968, con lo que a pesar de ser un coche icónico de la marca nipona, apenas compitió en cuatro carreras a lo largo de su vida útil.

El piloto designado para subirse al legendario vehículo en Monza será Nirei Fukuzumi, piloto apoyado por Honda en la GP3 y candidato al título en su categoría. Lo que está claro es que para quienes acudan al Gran Premio de Italia, será una oportunidad única de ver un coche espectacular en movimiento. El motor V12 de 3.000 centímetros cúbicos japonés tiene un sonido particular raramente escuchado en lugares donde pueda ‘abrir las alas’ puesto que sus habituales salidas se dan en Goodwood o en Motegi. El hecho de poder volver al escenario de su única victoria cincuenta años después con la posibilidad de correr -con sentido común- en recta será algo único. Y curiosamente para Fukuzumi, será su primera vez en un Fórmula 1.

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