Detenerse a analizar los factores por los cuales la escudería Toro Rosso Honda será exitosa donde McLaren fracasó sería la reiteración de una serie de artículos que han sido publicados y debatidos varias veces en esta página. La cuestión resulta más sencilla de esclarecer si se indica que Dietrich Mateschitz nunca ha realizado un mal negocio. El austriaco es un genio para gerenciar y lo demostró en la Fórmula 1 al adquirir dos equipos perdedores y arruinados, Jaguar y Minardi, y transformarlos en Red Bull Racing y Toro Rosso. Ahora le regalan un motor oficial y muchos «entendidos» se atreven a pregonar que será un fiasco por lo visto en los últimos años. O me perdí en alguna parte de la dimensión desconocida o no han caído en cuenta de lo que puede hacer Mateschitz y su gente.
Subestimar la capacidad del personal de Red Bull es una torpeza mayúscula. Ya sucedió una vez cuando las grandes escuderías creyeron que de los escombros de Jaguar Racing no se levantaría nada bueno y en apenas tres años la vilipendiada lata de refrescos con ruedas, con un tercio del presupuesto del extinto equipo oficial Ford, era capaz de ganar carreras. No solamente irrumpió con fuerza en la cima de la categoría hasta dominarla en base a eficiencia sino que todavía permanece en la élite siendo un equipo cliente. Lo más cumbre de este asunto es que Toro Rosso en la temporada 2008 resultó mejor que Red Bull y con mucho menos recursos, inclusive ganaron una carrera antes que el equipo grande. Sí, esa escudería que era Minardi abandonó la última fila de la parrilla de inmediato, a partir de la gerencia Mateschitz, de allí que sería de ingenuos suponer entonces que la fórmula exitosa aplicada en estos casos no sería compatible con el proyecto Honda porque… em… y…
El personal de Honda requería un departamento técnico serio y desde McLaren los han empujado al sitio ideal. Ciertamente, James Key todavía no ha firmado un coche ganador, pero demostró certeza en sus planteamientos con el Sauber C31 y desde que llegó a Toro Rosso sus propuestas han resultado muy interesantes considerando que lidera la segunda unidad de Red Bull. Por otra parte, y tal como ocurrió en el pasado, Adrian Newey podrá tener acceso a información privilegiada procedente de Faenza y es muy probable que se involucre proponiendo ideas al conjunto. Hay que estar claros en ese punto, Newey estará metido en el proyecto Honda como sea porque Mateschitz está apostando en grande para que esta conexión japonesa funcione. Si desde Japón querían chasis y aerodinámica para despejar todas sus dudas pues ahora los tendrán.
También es de hacer notar que la filosofía de trabajo de Honda ha sido constante en cada ciclo donde ha sido proveedor de motores y solo en su reciente y fallido retorno junto McLaren ha tenido problemas para avanzar. Cuando ingresaron en la Fórmula 1 con un motor turbo en 1983 optaron por utilizar un equipo pequeño para experimentar con sus propulsores hasta lograr un conjunto competitivo para luego trasladarse a una escudería capaz de alcanzar títulos. Sucedió con Spirit antes de iniciar su época dorada junto a Williams, Lotus y McLaren hasta 1992. Luego de una pausa de ocho años, aprovecharon la experiencia positiva de Mugen con los equipos Ligier y Jordan para regresar de forma oficial con la escudería BAR. Aunque esta última etapa no resultó tan brillante como su predecesora, el tomar el control absoluto de BAR en 2006 fue contraproducente porque la gerencia japonesa nunca pudo establecer un departamento de diseño a la altura del compromiso, situación que quedó en evidencia cuando el modesto equipo Super Aguri llegó a ser más competitivo que la misma escudería Honda.
En tal sentido, James Key y Christian Horner indicaron recientemente que el motor Honda pudiera estar tanto en Red Bull como en Toro Rosso tan pronto como en 2019 y no se plantearía un conflicto de intereses en lo que se refiere al respaldo. Compartir Honda sería uno de los objetivos principales de Mateschitz mientras espera por el nuevo reglamento técnico porque es obvio que Ferrari, Renault y Mercedes van a privilegiar a sus escuderías de fábrica, así la FIA se empeñe en que todos los motores y accesorios de cada proveedor sean iguales. Sí, serán semejantes a inicio de la temporada, pero cada desarrollo y tecnología se instalarán primero en el equipo principal, mientras los clientes deben pagar y esperar. Acá será una ventaja la sociedad con Honda porque, además de tener un contrato preferencial, en el caso de Toro Rosso el pacto es por tres años, tendrán acceso inmediato a las novedades. No sería la primera ni la última ocasión que dos equipos Honda compartieran escenario sin mayor trauma, por lo regular cada quien sabe dónde está la preferencia.
No tengo absoluta certeza de lo que el cacareado veto que interpuso Ron Dennis para que Honda no suministrara sus motores a otro equipo distinto de McLaren era para evitar lo que está sucediendo, porque lo que se ha visto en esta pretemporada no está fácil de explicar para Zak Brown y compañía. Lo interesante ahora será observar la comparación en pista porque el personal de Renault, que antes estaba asignado a Toro Rosso, está ahora en McLaren y el de Honda, que antes estaba en McLaren, está en Toro Rosso. Ese intercambio de motores y de personal técnico será una especie de enfrentamiento directo. Mientras tanto, Red Bull tendrá el privilegio de evaluar ambas opciones, tanto Renault como Honda, e inclusive darse el lujo de apostar algo por los japoneses, al fin y al cabo, Mateschitz ya debe tener algún favorito entre Aston Martin Red Bull TAG Heuer y Red Bull Toro Rosso Honda.