La Fórmula 1 volvió a terminar una temporada en el escenario de la pomposidad, lujo y riqueza que representa Abu Dabi, ahora cada vez más tarde por obra y gracia del excesivo número de carreras. El circuito de los Emiratos Árabes Unidos es un escenario de un tamaño tan elevado como la falta de emoción de sus Grandes Premios, aunque la resolución de 2019 ha sido correcta al ver diferentes estrategias de neumáticos en algunas zonas de la parrilla. Sin embargo, por un momento al comienzo del GP pudimos volver al pasado y disfrutar de duelos a la vieja usanza.
Y es que la incorporación del DRS a los coches de F1 en 2011 dio un efecto inicial de adelantamientos desmedidos y estrategias distintas que se ha difuminado con el paso de los años, en especial con la mayor carga aerodinámica que se ha introducido en la era turbo. La conducción de unos pilotos acostumbrados a acercarse a los rivales pulsando un botón ha retrocedido en el tiempo por un periodo prolongado, ya que la electrónica ha jugado una mala pasada al sistema operativo y el DRS ha sido desactivado durante aproximadamente 15 vueltas.
Lewis Hamilton se ha escapado de Charles Leclerc y Max Verstappen y los pilotos que iban mostrando más ritmo superaban a los rivales apurando la frenada y basándose en la tracción al salir de las curvas. Sergio Pérez rebasó así a Kevin Magnussen y Valtteri Bottas no se desconcentró en su remontada desde la última posición de parrilla, pasando a Lance Stroll, Magnussen y Pérez en las dos chicanes tras las rectas largas (únicos lugares de adelantamiento limpio o relevante en el trazado emiratí). La acción mejoró con un grupo delantero más numeroso y significativo.
Nico Hülkenberg alargó la única parada que realizó en su última carrera en la Fórmula 1 y mantuvo a su cola a Bottas, Sebastian Vettel y Alexander Albon, pilotos de los tres equipos protagonistas del campeonato en esta década. La ausencia del DRS estiró el aguante del alemán unos giros y permitió que Pérez se les acercase, terminando la acción cuando el alerón trasero móvil se reactivó. Bottas superó fácilmente a un Hülkenberg que se fue diluyendo poco a poco de la misma forma que la era sin DRS, terminada justo cuando el germano empezó en el campeonato de circuitos más rápido del mundo; un doble cierre de etapa simbólico bajo la noche árabe.