No hace ni una semana me acordaba de los parientes lejanos del aburrimiento. Lo que se vio en el Gran Premio de Francia ha tenido una réplica siete días después, pero opuesta. A uno le toca tragarse las palabras… en parte. No podemos negar que los ronquidos sonaban más que los motores en el Paul Ricard , ni tampoco podemos negar que el Gran Premio de Austria de 2019 pasará a ser uno de los clásicos modernos de la Formula 1. Lo mejor: una rivalidad dormida que despierta. Una rivalidad que Charles Leclerc y Max Verstappen iniciaron en el karting.
Pelear al milímetro, incluso con contacto. Codo a codo, rueda a rueda. La lucha nos ha puesto en pie. Lo que necesitábamos, una pelea antológica. Una remontada tras un error importante. Las dos futuras promesas, de nuevo cara a cara. En 2012 también tuvieron sus más y sus menos. En este caso, a la inversa: el perjudicado en la escaramuza fue Verstappen. El holandés se quejó amargamente a los micros, mientras que Leclerc catalogó de «incidente» el encontronazo.
2012 WSK- watch Max Verstappen and Charles Leclerc’s differing opinions after a collision in a kart race! #F1 pic.twitter.com/Y9BvWMWp3R
— F1 in the 2000s 🏁 (@CrystalRacing) January 12, 2019
En Austria, ha sido al revés. Leclerc el perjudicado, Verstappen el heredero de la victoria. ¿El beneficiado? Todavía no puedo asegurar nada ya que no hay consenso sobre si sancionar al neerlandés o no. O sí: el beneficiado ha sido el aficionado. Al borde del asiento, saltando o aplaudiendo; el aficionado a las carreras de coches ha visto una prueba de esas que se quedan en la retina. La pugna de dos estilos diferentes, de dos personajes que traen un poco de luz a la gris apariencia de la F1. Porque hay carisma de nuevo en ellos.
El momento más tenso, independientemente del toque, ha ocurrido en la vuelta anterior. La maniobra de Verstappen, inesperada, casi deja fuera de juego a Leclerc. Verstappen le deja hueco, y el monegasco mete su SF90 en el hueco para agarrarse a la victoria que resbalaba de los dedos. El mayor torque del Ferrari ha dejado inutilizado el DRS del Red Bull. Lucha de tú a tú. Rueda a rueda. Una vuelta después, para evitar que Leclerc vuelva a defender posición, Verstappen encierra al de Ferrari. Al estilo Nico Rosberg.
También me gustaría mencionar una curiosidad. En Alfa-Romeo hicieron una promesa que las ‘greñas’ (NdR: en España, la palabra ‘greñas’ significa pelo largo, con un punto despectivo que un servidor no aplica en este caso) de Antonio Giovinazzi desaparecerían con sus primeros puntos. Hoy, al ser 10º, ha llegado el momento de completar la promesa. Para ello, Fréderic Vasseur, tijera en mano, le ha perseguido por el motorhome.
A promise is a promise.. (especially with your boss). ✂️
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— Alfa Romeo Racing (@alfaromeoracing) June 30, 2019
A veces somos críticos con la F1 en caliente, como en Francia. No sin razón, porque en el fondo hay mucha sustancia en F1 y cuando nos falta, lo notamos. Con una carrera como la de hoy, no echamos de menos los viejos tiempos. ¿Diversión? ¿Polémica? Sí. Pero, ¿y lo que nos gusta?
Foto | Red Bull Racing Twitter