El Circuito de Marina Bay no deja prácticamente ni un segundo para el descanso. El Gran Premio de Singapur ha sido testigo con el tiempo de numerosos desfallecimientos físicos, algo que nos ha dejado además con imágenes que han pasado a la historia, como la de Jarno Trulli teniendo que abandonar para recibir atención de su equipo ante la imposibilidad de continuar la carrera en esos niveles de calor y humedad.
Más allá de estas condiciones que lo hace especial, la pista urbana no permite ni errores ni momentos para respirar. El hecho de que se dispute en un trazado estrecho y de noche lleva a que los competidores se mantengan atentos en todo momento y tal y como hemos podido ver en el caso de Sebastian Vettel durante la segunda sesión de entrenamientos libres disputada hoy, no permite ni tan siquiera realizar un parpadeo.
Las viseras claras dan la oportunidad de disfrutar viendo cómo se alarga la vista y se centra en la lejanía para prepararse al siguiente reto al volante de un monoplaza de Fórmula 1. Cómo se hunde el piloto en las frenadas y apoya el piloto en los reposacabezas en las curvas o el tiempo que les da para observar las pizarras y las pantallas en el paso por línea de meta.
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— Formula 1 (@F1) September 20, 2019