La suerte del campeón. O la suerte en general. Lewis Hamilton se lleva una nueva Pole Position en Hockenheim. Es la primera vez en 11 años que supera a su compañero de equipo en el trazado de Waden-Wüttenberg, pero el dato más demoledor es que esa Pole Position le ha caído más del cielo que de sus manos. Vamos, que ha sido más por fallos de los rivales que por velocidad pura propia. Ferrari y Red Bull-Honda se han autodestruido.
Una autodestrucción que dinamitan las pocas opciones de victoria. Sebastian Vettel y Charles Leclerc saldrán en posiciones redondas por problemas en sus Ferrari. El primero cayó en Q1 sin marcar tiempo. El segundo, en Q3. Los favoritos a la primera línea, en el garaje. Y Hamilton, sin problemas, llevándose el mejor tiempo. Otra piedra en el camino de Il Cavallino en 2019. Un año que empezó con muchas expectativas, y que se diluyeron en Australia cuando Mercedes sacó la escoba.
De ese golpe de escoba no se han recuperado. En Baréin lo intentaron, pero problemas en el coche de Leclerc les apartaron de la victoria. Lo demás, de sobra conocido: estrategias erróneas, errores de pilotos y más problemas mecánicos. El resultado: todavía no han ganado una carrera en todo 2019, y no es porque no tuviesen ritmo o capacidad. Lo de hoy en Hockenheim es lluvia sobre mojado.
A más a más, Hamilton supera lo conocido por ‘La Suerte del Campeón’. No sólo caen los dos Ferrari, también Max Verstappen se verá obligado a salir con gomas blandas en la carrera de mañana. La estrategia, sobre el papel, más lenta de las dos. ¿Que dependerá de si llueve o no? Sí, pero de no llover de buenas a primeras, los pilotos que salgan con el medio pueden alargar y esperar a que caiga agua. Con ello se ahorrarían una parada, que son 20 segundos clave (mínimo) en una carrera a corta distancia.
Porque Hockenheim es corto a nivel de tiempo por vuelta, y cada milésima ganada es oro. Y más para el líder del mundial. El hombre más cercano en la clasificación es Valtteri Bottas, pero no ha demostrado velocidad en todo el fin de semana. Lo que era un fin de semana cuesta arriba, ahora es casi un inicio de descenso del Tour de Francia. Porque si, por suerte se gana, y se pierde.
Foto | Ferrari Media Service