Octavo, resultado insuficiente para un buen fin de semana de Carlos Sainz. El madrileño buscaba una salida lo más segura posible y la encontraba, aunque esto le costaba la posición con Sergio Pérez, el cual, al igual que Daniil Kvyat promete ser uno de los enemigos íntimos de Sainz durante esta temporada. A partir de ese momento, la carrera del de Toro Rosso perdía claridad a pesar de haber ganado una posición por los problemas de motor que sufría Romain Grosjean y que le obligaba a abandonar.
La primera parada iba a marcar en gran parte el resto de Gran Premio para Sainz. Force India se adelantaba y realizaba un undercut a Sergio Pérez, algo que neutralizaba el margen con el que contaba el piloto español y le obligaba a pelear en pista con el mexicano y con un monoplaza vestido de rosa que contaba con ventaja en las rectas gracias a la unidad de potencia de Mercedes-Benz. La apurada de frenada en la curva tres no sería suficiente y a pesar de proteger el interior, Pérez le ganaba la partida sorteando ambos el contacto.
A partir de ahí, Sainz perdía por momentos el ritmo, mientras Kvyat, con una estrategia completamente distinta (alargaba mucho su primer stint con ultrablandos, 36 vueltas) se echaba encima del madrileño. Por línea interna, el equipo de Faenza pedía a Carlos que dejara pasar a su compañero de equipo, comprometiendo incluso la octava plaza de Sainz que posteriormente recuperaría después de la segunda parada en boxes del piloto ruso. Posteriormente se confirmaba que un problema con el aire comprimido que acciona las válvulas del motor la que le obligaba a detenerse.
Los problemas tardíos de Sergio Pérez dejaban abierta la puerta a la posibilidad de recuperar el séptimo puesto, sin embargo, no era suficiente la reacción y la carrera terminaba con Sainz octavo, hablando de que se les había escapado la séptima plaza por esos cinco o siete segundos cedidos al dejar pasar a su compañero. Ciertamente se veía a un Sainz molesto, con la sensación de haber podido optado a algo más y algo retenido ante unas órdenes de equipo que tal vez llegan demasiado pronto en el marco temporal de la campaña. Pronto para privar a uno de tus pilotos de poder luchar en pista con un rival, en este caso tu compañero.
En resumidas cuentas, lo que podía ser un fin de semana positivo, con Toro Rosso en los puntos y con buena fiabilidad más allá del susto con el extintor en parrilla de Daniil, ha pasado a ser un Gran Premio del que se sale con dudas acerca de ciertas decisiones que se toman en el box. Si ese imparable rodillo sin misericordia que es Red Bull exige lo mejor a sus jóvenes pilotos en pista, también debe producirse esta exigencia en ambas direcciones, con el equipo tomando decisiones correctas para sus pupilos.
Actualizado: Tal y como se ha podido ver a posteriori, en el equipo pidieron a Sainz levantar el pie para dejar pasar a Kvyat justo en el momento en el que llegaba Vettel a doblar al grupo formado por los tres pilotos. El ingeniero le pedía confianza a Carlos, mientras que el piloto preguntaba si no era demasiado pronto, sabedor de que perdería muchos segundos en la acción. Con estrategias parecidas y la dificultad de adelantar a un coche que tiene más velocidad que el tuyo, en el equipo consideraron oportuno que fuera Kvyat el encargado de plantar cara al mexicano al contar con unas gomas mucho más frescas debido a su estrategia alternativa. La promesa por parte de Toro Rosso es que de no poder adelantarle llegado al final de carrera, Daniil devolvería la posición a Sainz.
