Mark Miles y Roger Penske, máximos responsables de la organización IndyCar, anunciaron que están trabajando para aplicar varias medidas orientadas a disminuir la carga financiera de los equipos que participan en la categoría. El más importante tiene que ver con el programa Leaders Circle, que se refiere al pago de premios, explicaron además que conversarán con los diversos proveedores para establecer nuevos cronogramas ya que al no efectuarse las carreras los equipos no pueden generar los recursos que se requieren para afrontar las deudas.
Al ser el COVID-19 el responsable de que la IndyCar no haya iniciado, se considera esta situación como un acontecimiento de fuerza mayor, la organización está obligada a implementar ajustes para que los equipos no colapsen a nivel económico con el riesgo de no presentarse a competir cuando retorne la normalidad. De allí que el plan de contingencia contemple intervenir en tres áreas principales.
Inicialmente, el programa Leaders Circle distribuía el dinero de los premios mediante porcentajes, los mejores equipos se quedaban con la mayoría de esos fondos, mismos que eran entregados en cuotas mensuales, pero en este caso de emergencia se aplicará un reparto similar entre todos los equipos que compiten a tiempo completo. Aunque tal medida puede resultar contraproducente para las estructuras más poderosas, el realizar esta acción es un valioso apoyo para los equipos más débiles.
Las otras dos áreas a tratar tienen que ver con los proveedores de neumáticos y de motores. La IndyCar y Firestone están trabajando en un acuerdo para aplazar los pagos hasta reanudar el calendario. Se habla de que Firestone dejará de percibir alrededor de un millón de dólares por cada gran premio suspendido, en este punto el suministrador entiende que debe estar a la altura del compromiso con su socios de la IndyCar y por tal razón apoyará las medidas.
En tanto en lo que respecta a los motores, el alquiler de unidades Honda y Chevrolet está por el orden de 1.2 millones de dólares por cada monoplaza durante la temporada. Al igual que hizo Firestone, se espera que se llegue a un pacto para que también el pago por los motores sea postergado hasta iniciar las acciones en la pista. La contingencia afecta a todos por igual y el que se tomen acciones tan rápido sirve para calmar los ánimos ante la incertidumbre financiera que ha causado el COVID-19.
En palabras de Mark Miles, CEO de la IndyCar:
Estamos tratando de ayudar a nuestros equipos de manera lógica durante esta situación, Roger [Penske] ya se ha comunicado con los propietarios de equipos y les ha dicho sobre lo que planea hacer, eso será beneficioso. Parte de esto puede tener que ver con proteger los ingresos, reducir costos o diferirlos. Y también está sucediendo algo de eso con los promotores de las carreras.
Vía | Racer