La IndyCar está tras la búsqueda de por lo menos otro proveedor de motor ya que significaría un signo de progreso. En tal sentido, Mark Miles, CEO de la IndyCar Series, es optimista al afirmar que existe interés por competir contra Chevrolet y Honda en la puesta en pista de propulsores, V6 turbo de 2.2 litros, porque es una configuración muy comercial y la organización garantizaría cierto equilibrio en las prestaciones. Aunque asomó que marcas como Ford, Cosworth y Mazda poseen la capacidad y estructura para fabricar, distribuir y dar asistencia técnica; puntualizó que la más prometedora es una oferta de una gran compañía radicada en Europa, de la cual prefirió reservar su nombre.
Explicó que en lo que respecta a la IndyCar, lo más razonable es que una compañía subsidiaria prepare los motores. En la actualidad, Honda Performance Development se encarga de los propulsores Honda e Ilmor de los Chevrolet, quedando Cosworth como una opción para hacerse cargo de los motores de un nuevo proveedor, particularidad que la marca ha desempeñado anteriormente de forma exitosa. Se entiende que Miles trata de realizar un esfuerzo para hacer de la IndyCar una categoría atractiva para el público porque, si se analizan las cifras de audiencia, un chasis Dallara y apenas dos motores parecen que no son ingredientes para llamar la atención de las masas. En contraste, la NASCAR continúa siendo la categoría reina para el mercado norteamericano y cada vez se aleja más de la IndyCar en lo que respecta al gusto de la gente.
Incluso parece que la IMSA WeatherTech SportsCar Championship ha captado un mayor número de fanáticos en los últimos años y es lógico relacionar que la cantidad de marcas, constructores y coches involucrados en la competición resulten más interesante que la categoría americana de monoplazas, así que es factible que los fieles a la IndyCar muestren más interés en donde observan mayor variedad de alternativas. De allí que Miles se esté moviendo para convencer a un tercer proveedor de motor y para ello dejó entrever que el costo de ingresar a la IndyCar no sería tan costoso y complicado porque el arrendamiento de motores en la serie se relaciona con los ingresos comerciales, por eso existe la posibilidad de reducir los gastos cada temporada con respecto al costo inicial.
Creo que un tercer [proveedor de motor] es importante por muchas razones. Siempre he mantenido contactos con uno o más de ellos y creo que estamos a punto de cerrar un trato con el que parece más prometedor. Tal vez acordemos antes de la primera mitad de este año y lo veamos en el año 2019. Si tienen las piezas listas, el costo inicial para entrar sería de unos 20 millones de dólares, tal vez menos. Lo que queremos, por supuesto, no es que sólo entren sino que lo hagan porque realmente quieren competir y ayudar a promover la serie y su organización.
Vía | Racer