Originalmente la IndyCar tenía pautado que los nuevos motores V6 biturbo de 2.4 litros con sistema de recuperación de energía cinética entraran en acción a partir de la temporada de 2022, pero el retraso de tres meses que ha originado el COVID-19, generando problemas logísticos y financieros, ha hecho que se medita la opción de aplazar la introducción de la nueva generación de propulsores puesto que los actuales proveedores de la categoría también tienen compromisos con la IMSA en su clase principal.
Jay Frye, presidente de la IndyCar, informó que es factible postergar la llegada de los motores híbridos hasta la temporada de 2013 o la de 2024. dependiendo de la situación que deban atravesar sus proveedores. Deberá reunirse con los representantes tanto de Honda como de Chevrolet para analizar los plazos, aunque es obvio que la prioridad para ellos será la industria, sus finanzas y el mercado comercial, por tal razón no está en posición de presionar para que el plan original se cumpla y más cuando las fábricas han permanecido cerradas durante meses.
Supone Frye que la aparición en escena del prototipo híbrido LMDh tendrá repercusión en la IndyCar puesto que Cadillac y Acura tienen vínculos directos con Chevrolet y con Honda respectivamente, y en caso de cometer la imprudencia de poner a elegir a sus proveedores entre la IMSA y la IndyCar se podría llevar un serio traspiés que posteriormente no podrá enmendar. Por ello estima necesario llegar a un acuerdo entre todos los involucrados para que la introducción de la tecnología híbrida en la categoría de monoplazas no coincida con la de resistencia, de allí que el retraso sea una de las primeras opciones a considerar.
En palabras de Jay Frye:
Dos factores importantes podrían hacer que el motor híbrido se postergue hasta 2023 o 2024. Una economía que requiere recuperación y el aumento en la ventas de coches comerciales. Pensamos en un plan escalonado para llevar los nuevos motores primero al mercado y luego el sistema de recuperación de energía cinética. Debemos ayudar a Chevrolet y a Honda porque enviaríamos un mensaje positivo a cualquier otro proveedor interesado en unirse a la IndyCar.
Vía | RACER